El pasado sábado 2 de diciembre se puso en marcha formalmente en Ginebra (Suiza) el mecanismo de verificación internacional del cual se han dotado Junts per Catalunya y el PSOE para las negociaciones y para explorar la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado. El coordinador de este aparato de verificación es el diplomático salvadoreny Francisco Galindo Vélez, que hace de paraguas de otros tres verificadores —al menos. Uno de ellos forma parte, como facilitador, del Centro para el diálogo humanitario Henry Dunant. ¿Qué más se sabe de este mecanismo? Ambas formaciones se han conjurado al mantener la discreción, fórmula habitual en estos procesos de negociación. El texto del pacto alcanzado entre los dos partidos concretaba que, vistas las "profundas discrepancias y desconfianzas mutuas" que tienen sobre como se tiene que resolver el conflicto, recurrían a un mecanismo que "acompañe, verifique y haga seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos a que se llegue".

En este marco, se explicita que había que acordar la metodología de la negociación "para dotar el proceso de certeza, en la que el mecanismo de acompañamiento, verificación y seguimiento del cual se han dotado Junts y PSOE, desarrollará la negociación entre las partes". Entre estos acuerdos también destacaban pactar los "disensos" y las "disfunciones que surjan en el desarrollo de los acuerdos". Paralelamente, buscaban acordar los contenidos a negociar "a partir de las aspiraciones de la sociedad catalana y de las demandas de sus instituciones", que estructuraban en dos grandes bloques: la superación de los déficits y las limitaciones del autogobierno, y las que tienen que ver con el reconocimiento nacional de Catalunya. En ambos ámbitos, tanto los juntaires como los socialistas detallaban al cuerpo del acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez las divergencias profundas que tienen: en materia del reconocimiento nacional, Junts plantea la celebración de un referéndum de autodeterminación, mientras que el PSOE pone encima de la mesa "el amplio desarrollo del Estatut de 2006". Con respecto al autogobierno, la formación de Carles Puigdemont quiere la cesión del 100% de los tributos a Catalunya; en tanto que el partido liderado por Pedro Sánchez propugna "medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado" de Catalunya.

ERC también tendrá su verificador internacional

Aunque en el caso de Junts se ha hecho público el nombre del verificador y también la primera reunión entre el partido y el PSOE en Ginebra, ERC también pactó en su acuerdo para la investidura la misma figura en su propia mesa con los socialistas. Esto era una novedad, ya que en la mesa de diálogo entre gobiernos nunca ha habido una persona que haga alguna tarea similar, sino que ha sido conformada por representantes políticos de los respectivos ejecutivos. En el acuerdo firmado entre Oriol Junqueras y Félix Bolaños, sin embargo, se especificaba que empezaba un nuevo espacio entre partidos: "Se creará un espacio de negociación entre ambos partidos que cuente con un mecanismo que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos a los cuales se llegue", se podía leer.

ERC también optó por la figura de un verificador, del cual todavía no se ha hecho público el nombre, por este espacio al margen de la mesa de diálogo. Los republicanos, sin embargo, dejaron claro que se tratará de una persona "reconocido prestigio" y que forma parte de una organización internacional, como es el caso, precisamente, del Centro para el diálogo humanitario Henry Durant. En una conversación informal con periodistas, fuentes del partido explicaron a mediados de noviembre que los socialistas ya habían aceptado algunas de las propuestas que se les había hecho llegar desde Esquerra. Desde entonces, la persona que más claramente ha hablado de la figura del verificador por el cual han optado el PSOE y ERC ha sido el mismo Pedro Sánchez, que en una entrevista aseguró que no sería la misma persona que con Junts, y por lo tanto descartaba que Galindo fuera el verificador en las reuniones con Esquerra.

Así, ante unas posiciones que son bastante antitéticas por parte del PSOE tanto con Junts como con ERC, coge forma la opción de establecer un mecanismo que contribuya a, entre otros, acercar posiciones y poder llegar a un entendimiento para la resolución política del conflicto. En este contexto, es cuando intervienen figuras de mediación. A lo largo de las últimas semanas y meses, se ha hablado mucho de varios términos que —a menudo— se han intentado utilizar como sinónimos y no lo son: verificadores, mediadores, facilitadores, relatores... ¿Ahora bien, en qué consiste la figura de cada uno de ellos? ¿Qué papel adoptan en un mecanismo como el que han establecido Junts y el PSOE? ¿Por qué no significan lo mismo?

La figura del mediador

Para abordar las diferencias entre las diferentes figuras, ElNacional.cat ha conversado con Xavier Pastor, politólogo y conflictólogo. En esencia, cuando hacemos referencia a mediador, facilitador, relator o verificador, Pastor señala que lo que hay en común es que "son personas que ayudan a que un proceso de negociación vaya hacia adelante y responda a las expectativas de las partes implicadas en el conflicto". El también director del posgrado de Resolución de Conflictos Públicos impartido por la Universidad de Girona (UdG) explica que "habitualmente, los organismos internacionales hacen un proceso de mediación siempre que hay violencia, un capítulo bélico donde ha muerto gente por cuestiones políticas," una circunstancia que no se ajusta al conflicto político entre Catalunya y el Estado.

En este sentido, Xavier Pastor alude a este mecanismo acordado entre Junts y el PSOE como un "proceso de negociación asistida". "Han sido capaces de llegar a un entendimiento para sacar adelante la amnistía, pero en otras cuestiones tienen diferencias significativas y no hay acercamientos. Por eso, recurren a algunas personas que los puedan asistir en la negociación", manifiesta. Este aparato de verificación es un espacio "ordenado, organizado, conveniente y adaptado donde alguien más plantea cómo tiene que ser la manera de negociar". El conflictólogo destaca que, cuando hay un mediador, este es "el dueño a la hora de decidir el proceso que se sigue para generar el debate, diálogo y la negociación". Es decir, el procedimiento de trabajo que utilizarán. Este papel podría responder al del diplomático Francisco Galindo Vélez.

Después de que las partes ratifiquen o validen este plan de trabajo, la siguiente pantalla de un proceso de mediación es que cada parte "exprese cuáles son los planteamientos que tienen de salida" y exponer los motivos de estas propuestas. Son justamente estas razones las que, en una mediación, tienen que servir como hoja de ruta para avanzar a partir de encontrar "puntos en común" en los motivos planteados por cada parte e "identificar posibles espacios de acuerdo". "En un proceso de mediación, más que ceder se trata de transformar y ver más opciones de las que se pueden ver en una negociación clásicas", añade Pastor. Durante las negociaciones, el mediador puede ir introduciendo preguntas para que los implicados puedan ir viendo estos acercamientos y también dejar caer alternativas que no se hayan planteado hasta el momento.

Más allá del mediador, Xavier Pastor defiende la presencia de un equipo de personas que ayude y acompañe en este proceso: "Durante las negociaciones, pasan tantas cosas que hace falta que haya otros que vean lo que las partes dicen o que se fijen en la comunicación no verbal. También es importante que busquen propuestas y documentos que puedan encajar o que estudien el intercambio de documentación de las partes". Sobre el hecho de que un mediador pueda ser el portavoz de un proceso de negociación, no ve problema: "Es una manera de controlar la comunicación pública que se dé del mismo. Está siempre el riesgo de que en una rueda de prensa algún colaborador pueda explicar algún detalle que no tiene que salir a la luz". En este sentido, el politólogo señala que es conveniente pactar entre las partes el escenario de una ruptura de la confidencialidad y qué pasos se darían en caso de que eso pueda pasar.

La diferenciación entre mediador y facilitador

Una de las patas del mecanismo de verificación, el Centro para el diálogo humanitario Henry Dunant, ejerce el rol de facilitador. Esta figura dista de la del mediador en el sentido que este último puede expresar como cree que tiene que ser el proceso de negociación y el plan de trabajo, pero no entra en el contenido que quieren abordar las dos partes; mientras que un facilitador sí que se puede permitir implicarse también en el contenido: "Ante un momento de bloqueo puede ofrecer potenciales soluciones, tiene opinión y capacidad para hacer propuestas con conocimiento", certifica Xavier Pastor. Todavía sobre el rol de facilitador, el docente universitario resalta que son "personas que mantienen la confidencialidad de todo aquello que se habla, con un alto nivel de capacidad comunicativa, analítica y de persuasión, y motivan que las partes participen del proceso".

Los verificadores y relatores, parte de un proceso de mediación

Si hay un término que predomina en este mecanismo, es la presencia de verificadores. Xavier Pastor concreta que, en un proceso de mediación, los verificadores son los que acostumbran a tener un "componente más jurídico" y frecuentemente "recogen o elevan de manera pública los planteamientos de las dos partes". De esta manera, una de las principales tareas que tienen asignadas es la de "certificar que se está produciendo una negociación", aunque al mismo tiempo mantendrán la "confidencialidad" que se otorga al resto de las partes de un proceso de mediación. Además, un verificador puede constatar que las propuestas que se planteen por escrito o los hipotéticos acuerdos que se alcancen no contravienen ninguna norma o ley. En esta línea, su papel es menos intervencionista en el transcurso de la negociación.

¿Y qué es lo que diferencia un verificador de un relator? Antes de la configuración de este aparato verificador entre juntaires y socialistas, a veces se había hecho alusión a este término. Finalmente, no consta que ninguna de las partes ejerza este papel en el mecanismo. Un relator, asevera Xavier Pastor, se centra en "escuchar las dos partes, intenta poner orden en las ideas que expresan ambas y, a través de estos relatos parciales, intenta construir un relato conjunto partiendo de los nexos o elementos en común" que se puedan encontrar entre los dos relatos. En todo caso, el director del posgrado de Resolución de Conflictos Públicos de la UdG sostiene que un relator hace más bien de notario y no se focaliza al ser proactivo y plantear alternativas que permitan un acuerdo, sino que se circunscribe a destacar o enfatizar los puntos en común que pueden existir entre dos relatos. De hecho, la ONU, en el marco del Consejo de Derechos Humanos, nombra a veces relatores especiales para examinar y radiografiar el cumplimiento y garantía de estos derechos en un país en específico.

A pesar de estas diferencias, desde el punto de vista de un proceso de mediación clásico, Pastor apuntala que tanto la figura del relator como la del verificador dan nombre a dos fases de un procedimiento mucho más largo, que es el de la mediación. Dicho de otra manera, las tareas que le corresponden tanto a un relator como un verificador "ya las hace un mediador", defiende el conflictólogo. A lo largo de este proceso, hay la fase de intentar establecer un "relato conjunto" a partir de elementos en común (que es lo que haría un relator) y también la de la corroboración que la negociación avanza y que, cuando llega a un acuerdo, no choque con ninguna normativa —propio de un verificador. Desde la perspectiva de Xavier Pastor, y vistas las características que han trascendido del mecanismo de verificación, el procedimiento se acercaría mucho a una mediación.