La historia del Sáhara Español, posteriormente Sáhara Occidental, es una asignatura pendiente en los libros de Historia de los institutos españoles. Tanto es así que, muchas veces, ni siquiera se le dedica más de una línea, como también sucede con el caso de Guinea Ecuatorial o, incluso, Filipinas. Por ello, en este entramado histórico, en su cincuenta aniversario de la salida del territorio africano, el profesor y escritor toledano Andrés López-Covarrubias pone algo de luz a este mar de oscuridad con su nuevo libro Biografía del Sáhara Español. Entre la épica y la tragedia. El relato inicia sus andadas, con un estilo novelado, la mañana del 4 de noviembre de 1884, cuando apenas faltaban tres días para que Emilio Bonelli alcanzara la costa atlántica africana, y concluye con la salida de la administración española de la provincia 53 en 1976. ElNacional.cat conversa con el autor para descubrir este fascinante y desconocido siglo olvidado de nuestra historia. 

¿Cuándo surgió la entrada de España en el Sáhara?
A mediados del siglo XIX, cuando tienen lugar las grandes exploraciones científicas a un territorio casi ignoto e inexplorado como era el africano. Muchas potencias europeas van tomando posiciones: Francia ocupaba Marruecos y tenía presencia más al sur, en Mauritania y también Argelia, también se posicionaron Alemania e Italia. Y en 1885 se lleva a cabo la Conferencia de Berlín en la que las potencias europeas se reúnen para repartirse el continente de alguna manera y oficializarlo. España ya se había posicionado en ese territorio que estaba frente a las islas Canarias. Se habían llevado a cabo algunas expediciones científicas en la zona y a través de la sociedad española científica de colonistas, de la que formaba parte el teniente de infantería Emilio Bonelli.

¿Quién fue Emilio Bonelli?
Fue una persona que conocía muy bien las costumbres y el territorio norteafricano —hablaba árabe perfectamente y distintos dialectos— y además tenía un interés particular de explorar y conocer aquel territorio. 

Pero, ¿por qué el Sáhara y no otro territorio?
La sociedad de africanistas española decide que a España le vendría muy bien tener presencia en aquel territorio, sobre todo por una cuestión estratégica y de seguridad. Está frente a las islas Canarias y además desde la edad media se sabe que los pescadores canarios arribaban hasta la costa africana. Y por una serie de cuestiones le piden al presidente del Consejo de Ministros, Cánovas del Castillo, hacer una expedición y establecer allí unas ciertas posiciones.

Andrés López-Covarrubias, autor del libro 'Biografía del Sáhara Español' / Cedida

Es entonces cuando entra Bonelli en la expedición.
Cánovas pone una pequeña flota con treinta hombres, aproximadamente, a disposición de Bonelli para arribar a la costa africana y tomar contacto con los notables nativos y valorar la presencia española allí. Esto se hace en 1884. Bonelli llega a la costa y entabla contacto y establece buenas relaciones con los nativos, a los que convence para que España pueda establecerse allí y dar la protección a estos nativos nómadas. Así surge la presencia española en el Sáhara.

¿Qué se encontraron al llegar allí, especialmente durante la primera expedición de Bonelli?
Había varias tribus. Al cabo de los años, cuando los saharauis abandonan el nomadeo, se "occidentalizan", entre comillas, con la creación de las ciudades, esos rasgos distintivos de las diferentes tribus se van suavizando y mezclando. Más tarde surge un sentimiento más nacionalista de unidad saharaui.

No había una unidad homogénea podríamos decir.
En un principio había varias tribus que, incluso, guerreaban entre ellas. Es cierto que se firmaron acuerdos y que aquellas tribus saharauis se sentían cómodas con la presencia española, pero es verdad que había cuestiones de rivalidad: si a algunas de las tribus se les facilitaba el acceso a determinados bienes, a las que no, llegaban incluso a revelarse. Pero, en general, no fueron malas esas relaciones.

Podemos decir que no fue una conquista al uso.
No fue una conquista, en el sentido clásico. Todo fueron acuerdos amistosos, comerciales, de seguridad y de ayuda. Con el tiempo se fue integrando a los saharauis en la propia administración española. No fue una entrada a sangre y fuego, como pudo haber sido en otros lugares, de lucha contra la población nativa.

Legionarios con siroqueras y subfusiles Z-45 atienden las explicaciones de un suboficial alrededor de un mortero / Colección particular, cedida para esta entrevista

Poco después surgió la Yemáa.
La Yemáa fue un órgano de control y poder de los propios saharauis compuesto por los notables de las distintas tribus. Pero eso es algo que surge ya a mediados del siglo XX cuando ya hay una estructura administrativa. Se trata de dar más peso y voz a los saharauis. Incluso, los miembros de la Yemáa eran procuradores en las Cortes españolas en representación del territorio sahariano.

Avancemos hacia el nacionalismo de finales de los 60. ¿Cómo empieza?
Llega un momento que surge un nacionalismo saharaui, puede ser por contagio de lo que está pasando en el mundo y de los movimientos revolucionarios independentistas que afloran en el territorio. Después de la Segunda Guerra Mundial y cuando se crea Naciones Unidas, uno de los primeros asuntos que se trata es la descolonización de los territorios que están controlados, básicamente, por potencias europeas.

En el Sáhara surge la figura de Basiri.
Basiri es una persona culta y pacífica que quiere negociar con el Gobierno español una mayor autonomía que en un breve plazo condujera a la independencia. Comienzan las manifestaciones en el año 70. En el barrio de Hatarrambla, en El Aaiún, se concentran en contra de la administración española y a partir de ahí hay ataques de las tropas españolas, fallecen varios manifestantes y resultan heridos varios agentes. Y, aunque Basiri no estaba en la manifestación se le considera como el principal inductor de este movimiento y acaba desapareciendo en extrañas circunstancias. Ahí surge un germen que ya fue difícil de parar.

Más tarde nacería el Frente Polisario, pero con claras diferencias con la lucha de Basiri.
Correcto. Tres años después se crea el Frente Polisario. Con otra forma, distinta a cómo lo veía Basiri. El Polisario, por ejemplo, no renuncia a la lucha armada. Al contrario, forma parte de su credo. Y se consideran los herederos de aquel movimiento que inició Basiri, al que declaran como padre del nacionalismo saharaui.

Fue a partir de ahí, en 1973, cuando comienzan los ataques armados en el Sáhara Español.
A partir de la creación del Frente Polisario, los encuentros armados de las tropas españolas y el Polisario son constantes. Y, remarco, cuando digo tropas españolas, en las que estaban integrados miles de nativos saharauis. Muchas veces, la mayoría de los muertos por parte de las tropas españolas, tanto a manos del Polisario como, sobre todo, del Ejército de Liberación Nacional, que eran partidas guerrilleras apoyadas por Marruecos, eran los nativos saharauis

Uno de los primeros muertos en los enfrentamientos con el Polisario fue un cabo de la Policía Territorial española, el saharaui Brahim Alamin.
Fue una emboscada. Este cabo quiso resistirse al ataque y recibió un disparo mortal en el estómago. Esto, a partir del año 73, sucedía prácticamente a diario. En la mayoría de las ocasiones, el Polisario atacaba desde cierta distancia ametrallando puestos, sobre todo aislados, y con disparos de mortero. Esto era el pan de cada día del 73 al 75 y a estos ataques se le añadían los del Ejército de Liberación Nacional, que eran más serios, estaban mejor armados y colocaban minas por donde sabían que pasaban las patrullas españolas. 

El ejército español recibía ataques por ambos lados.
España se ve en una pinza entre el Ejército de Liberación Nacional, apoyado por Marruecos, y el Frente Polisario. Esto provoca que el Gobierno, pero sobre todo el ejército que estaba allí sobre el terreno, se vea aprisionado con ataques diarios por ambos. Durante dos años, del 73 al 75, casi no había respiro.

Durante este período, España realiza un censo y se compromete a organizar un referéndum de autodeterminación para el Sáhara. ¿Por qué no llegó a buen puerto?
España se comprometió a organizar un referéndum en el territorio y creó uno de los censos mejor elaborados que nunca ha tenido el Sáhara para que los saharauis pudieran votar, como había pedido la ONU. Pero, una vez más, Marruecos hizo todo lo posible para que ese referéndum no se celebrara porque sabía cuál iba a ser el resultado. Son muchas cuestiones, pero resumiendo, el Tribunal de la Haya dictaminó a favor de España, pero Hassan II interpretó ese dictamen un poco a su favor y organizó la Marcha Verde. Y poco después se celebraron los Acuerdos de Madrid en noviembre y España decidió que abandonaba el territorio.

¿Cuándo se da cuenta el Frente Polisario de que España no es su verdadero enemigo?
La Operación Golondrina —de evacuación del Sáhara Español antes de abandonar el territorio— empezó oficialmente en octubre de 1975, aunque en mayo ya habían comenzado a salir civiles. Es ahí cuando el Frente Polisario es consciente de que la retirada española es un hecho y se da cuenta de que su verdadero enemigo no era España, sino Marruecos.

¿Cuál era el objetivo del Polisario, dado que no se hicieron públicas las negociaciones, si las hubo, con la administración española?
Hubo, al final, pero sobre todo para el intercambio de prisioneros. El Polisario seguía con su lucha y esperaba que diera sus frutos. No querían negociar, lo único que querían es que se fueran —los españoles— y punto.

La mañana del 12 de enero de 1976, el buque 'Conde de Venadito' de la Armada y el 'Plus Ultra' de la compañía Transmediterránea embarcan en el puerto de Villa Cisneros a las últimas unidades militares del Sáhara / Colección particular, cedida para la entrevista

Entiendo que el Gobierno español quería dejar el territorio de forma ordenada. ¿Cómo se recibió este plan en el Sáhara?
Exacto. El Gobierno quería dar una solución más consensuada y planificada y en 1974 se inicia y se presenta a la Yemáa un estatuto de autonomía redactado por el Ejecutivo español. Este pretende ceder gran parte de la administración a las autoridades saharauis. Fue aceptado por la Yemáa, pero en el momento en el que Marruecos se entera de que se está pensando en esto, aumentan las presiones sobre España, hasta el punto de decir que puede haber una invasión, un conflicto bélico y entran a colación los territorios de Ceuta y Melilla.

Hassan II presionó.
Sí. En el libro explico que Hassan II, desde que ascendió al trono, no era bien visto por su pueblo y su ejército. Tanto es así que llegó a sufrir dos atentados que pudieron costarle la vida. Consciente de que tenía una situación interna delicada, accedió a los deseos del partido nacionalista marroquí de anexionarse el Sáhara, pensando que buscándose un enemigo exterior podría unir a su pueblo. Le salió bien la jugada y en España la situación era muy delicada.

¿Por qué y cómo aprovechó esa debilidad española Hassan II?
El jefe de Estado en esos momentos, Francisco Franco, estaba moribundo. En el último consejo de ministros al que asistió, cuando se trató el tema de Marruecos, a Franco le dio un infarto, literalmente. Esa inestable situación interna española es algo que Marruecos aprovechó a su favor.

Y llegaron los Acuerdos de Madrid, entre España, Marruecos y Mauritania, de los que se cumplirán 50 años.
Cuando se cedió la administración a Marruecos y Mauritania, en los Acuerdos de Madrid se establecían compensaciones económicas. España dejaba ciudades levantadas, puertos, aeropuertos e instalaciones... se negociaron unas compensaciones económicas y se firmaron. España, de todo lo acordado, no recibió nada. 

Mauritania abandonó en 1979 su parte del Sáhara, pero no pasó al Frente Polisario o a la recién autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD)...
Cuando Mauritania en 1979 decide dejar el territorio sur del Sáhara, no pasa al Frente Polisario, sino que Marruecos toma posiciones y se anexiona todo el territorio.

La guerra continúa en el Sáhara con un muro de separación. Pero, volviendo al pasado, ¿qué hizo España durante los casi 100 años que administró el territorio?
Al llegar, a partir de 1884, el agua que había procedía de algún manantial o pozo. Los campamentos de haymas se montaban en un sitio y luego se llevaban a otro. España levanta ciudades, con cierta importancia más de 20. El Aaiún llegó a contar con 20.000 habitantes, Villa Cisneros algo menos, y las dos tenían aeropuerto. Las ciudades en todo el territorio contaban con suministros de agua e, incluso, llegó a proliferar una rudimentaria agricultura.

Soldados españoles y niños saharauis delante de una hayma / Colección particular, cedida para la entrevista

Nunca se recuperaron estas inversiones, por lo que cuenta en el libro, y tampoco se llegó a explotar del todo Fos Bucraá.
Las inversiones que se hicieron a lo largo de los años no tienen parangón en comparación con otros lugares que contaran con una cierta riqueza. Allí no había nada hasta que se descubrieron y se comenzaron a explotar las minas de Fos Bucraá. Aunque no se pudieron rentabilizar, solo estuvieron controladas por España cuatro o cinco años desde que se comenzaron a extraer los fosfatos y era una inversión a más largo plazo.

¿Eran los saharauis tan españoles como un ciudadano de la Península, por ejemplo?
A los saharauis se les dio la nacionalidad española, a partir de 1958 cuando se constituye la provincia 53. Además de dotarlos de una nacionalidad, a los niños se los escolarizó y no se trató con los saharauis la cuestión religiosa e, incluso, los españoles les construyeron sus propias mezquitas.

Ahora que comenzamos a comprender algo más qué sucedió en este territorio, la pregunta es: ¿cómo surgió la idea de este libro y por qué el Sáhara?
Me gusta investigar y abordar temas históricos, ya lo había hecho en un libro anterior hace cuatro años —Good morning, Go Cong. Una historia de españoles en la guerra de Vietnam— con un trabajo sobre la presencia española en la guerra de Vietnam. En 2022, cuando surgió la idea, veía que se iba a cumplir el cincuenta aniversario, que era una cifra redonda del abandono del Sáhara. Comencé a profundizar y quise abordarlo de una manera didáctica y entretenida para que la gente conociera qué fue realmente lo que pasó allí.

Pero la historia del Sáhara Español, pese a ocupar casi un siglo, a veces no sale ni en los libros de Historia de los institutos...
Hay partes de nuestra historia antigua que son tratadas muy por encima y cuando hablamos de historia contemporánea aparecen intereses e ideologías. Nadie se pone de acuerdo. Yo lo único que he pretendido en el libro —Biografia del Sáhara Español. Entre la épica y la tragedia— es dar a conocer qué fue lo que pasó y  a partir de ahí que cada cual extraiga sus conclusiones. Pero conociendo qué es lo que pasó.