"Nosotros también nos hemos tenido que tragar algunos aspectos de la ley trans". Son declaraciones de un diputado del PSOE en una conversación informal con periodistas nada más empezaba la semana, instantes después de que los socialistas registraran en solitario una proposición en el Congreso para reformar la ley del 'solo sí es sí'. Ceder, agachar la cabeza, y aceptar que en esta legislatura no se gobierna con mayoría absoluta; es lo que en los últimos años han tenido que hacer PSOE y Podemos, con disputas en la cámara baja y en el Consejo de Ministros, pero con una coalición que siempre se ha mantenido intacta a pesar de las distintas reyertas entre los dos socios.

La ley trans, la del 'sí es sí', bienestar animal, reforma laboral y pensiones, diferencias sobre la OTAN, leyes sobre la vivienda y los precios del alquiler, la de familias, la mordaza... Fuentes de La Moncloa señalan a ElNacional.cat que durante la legislatura ha habido momentos que se ha generado mucho más ruido fuera del Consejo de Ministros que dentro, pero admiten que los choques entre Podemos y PSOE han sido siempre una constante. "Pero las discrepancias son normales, no es extraordinario, y a medida que vaya habiendo más gobiernos de coalición en España, las cosas se irán normalizando y templando", añaden.

Más allá de destacar que a socialistas y morados les mueve "el mismo modelo de país" y que siempre ponen "el qué" por delante del "cómo", las mismas fuentes señalan el motivo que obliga a las dos formaciones a continuar ligadas: la amenaza en el horizonte de un Gobierno en manos del PP y con el apoyo de Vox, tanto si es en coalición con la extrema derecha como si no. Esta amenaza, estos últimos días, coge más fuerza. PSOE y Podemos están envueltos en una crisis por culpa de la ley del 'sí es sí', todas las encuestas excepto el CIS sitúan a Alberto Núñez Feijóo como ganador de unas elecciones generales, y el PP —con los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo a la vuelta de la esquina— ya huele la sangre de Pedro Sánchez.

Además, los populares han optado por la táctica del abrazo del oso con el PSOE: ofrecer los votos gratuitos del PP en la reforma de la ley del 'sí es sí. Ahora los socialistas están obligados a llegar a un pacto con Podemos —que insiste en que el acuerdo tiene que pasar por el Ministerio de Igualdad— si quieren evitar la foto de reformar una ley feminista con la bancada popular en pie aplaudiendo. Teniendo en cuenta lo que comentaba este miércoles en los pasillos del Congreso un relevante ministro socialista, nada hace pensar que esta vez las negociaciones entre los dos socios vayan bien. Preguntado por la maniobra del PP, aseguraba que la prioridad es pactar con Podemos, pero que la ley del 'sí es sí' se tiene que reformar sí o sí. Quizás desde Ferraz el regalo del PP parece cada vez menos envenenado.

Sánchez muestra su confianza por Irene Montero

En la Moncloa cruzan los dedos para que este terremoto sea como todos los otros: una vez superado, darse cuenta de que no había para tanto. Pero esta vez la situación está especialmente tensa, e incluso hay quien vaticina una crisis de gobierno en los próximos días, con ceses y escarmientos para Podemos. Las fuentes consultadas por este diario lo niegan, y aseguran que Pilar Llop e Irene Montero disponen de la confianza de Pedro Sánchez. Ya lo quiso dejar bien claro el presidente del Gobierno este viernes: "Todos los ministros cuentan con mi confianza". "No se contempla" una ruptura del gobierno de coalición, reiteró.

La voluntad de mantener de hierro la mala salud del Gobierno se mantiene bien viva en los dos lados. Asesores del Ministerio de Igualdad —la trinchera de Podemos más bombardeada en las últimas semanas— explican a ElNacional.cat que si se han sentado a negociar con el Ministerio de Justicia es precisamente por esta razón. El equipo de Irene Montero opina que la ley no se tendría que modificar y que todo se debe a una justicia española patriarcal, pero estas fuentes destacan que "por el bien de la coalición hacía falta ceder" y hacer contrapropuestas, como la de aumentar las horquillas de penas, pero no como pretende el PSOE.

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Alberto Núñez Feijóo se mira a Irene Montero en el Senado / Foto: EuropaPress

El punto de encuentro actual entre PSOE y Podemos

Todo gira en torno a la violencia, la intimidación y el consentimiento; y el ambiente está muy crispado. No sentaron nada bien unas declaraciones en la cadena SER de la ministra Pilar Llop, en las cuales manifestaba que con una herida ya se puede demostrar la violencia de una violación. "Por fin caen las caretas", decía horas más tarde la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, para remarcar que, en su opinión, la tesis de Podemos es verdad: preguntar sobre la violencia y la intimidación aparta el consentimiento del centro de la ley.

Sin embargo, hay esperanza. El futuro de la coalición es —como siempre— incierto, pero fuentes conocedoras de las negociaciones entre PSOE y Podemos ya explicaban este martes que hay una rendija por la que, a través de los socios parlamentarios del Congreso, se puede llegar a un acuerdo: colocar la violencia y la intimidación como agravante, y no como subtipo. Si eso acaba pasando, PSOE y Podemos podrán decir que, otra vez, han superado una crisis.

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La ministra Pilar Llop este miércoles en el Congreso / Foto: Europa Press