El gobierno español trabaja para salvar el contrato de cinco corbetas firmado con Arabia Saudí y asegura que la cancelación de la venta de 400 bombas de precisión anunciada esta semana es una mera "declaración de intenciones" del Ministerio de Defensa que debe ratificarse en una comisión interministerial.

Esta semana, el Ministerio de Defensa confirmó que iba a iniciar los trámites para cancelar el contrato de venta de esas 400 bombas ante la sospecha de que Arabia Saudí pudiera emplearlas contra Yemen.

Una decisión que, según ha reconocido el propio Gobierno español, ha causado alguna discrepancia con Arabia Saudí y ha generado una oleada de protestas entre los trabajadores de Navantia, astillero encargado de construir los buques y que temen que el país árabe cancele, como represalia, el contrato naval.

Más de un millar de trabajadores de Navantia de San Fernando (Cádiz) han cortado hoy el tráfico de la autovía A-4 por temor a la pérdida de este contrato, que se calcula generará durante 5 años anualmente casi 6.000 empleos, directos e indirectos.

La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha negado una crisis diplomática con Arabia Saudí y ha señalado que defenderán el contrato y la carga de trabajo de Navantia en Cádiz. "No creo que exista una crisis diplomática, puede haber un intercambio de opinión y puede haber habido alguna discrepancia que yo creo que se resolverá", ha remarcado en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.