El futuro del Govern entre ERC y Junts empieza a estar en entredicho. Los episodios de reproches por desacuerdos en estrategias como la mesa de diálogo, la reforma de política lingüística y las idas de tono de Gabriel Rufián han evidenciado las acumuladas diferencias entre ambos partidos. La tensión se multiplicó la semana pasada cuando el líder de ERC en Madrid tildó de "tarado" a Carles Puigdemont, y a pesar de que rectificó durante la misma jornada, sus palabras todavía resuenan esta semana. ERC insiste en que la cuestión está cerrada porque rectificó y no "hay que decir nada más", según la portavoz, Marta Vilalta. Así, los de Oriol Junqueras han vuelto a cerrar filas y han reiterado la confianza del partido en su figura: "Cuando cometemos errores los internamos enmendar y aprender para que no se vuelvan a producir", ha dicho la portavoz este lunes en rueda de prensa, en la cual ha asegurado, como ya se especuló hace unos meses, que una de las propuestas para el líder de ERC en Madrid es que pueda ser candidato de Santa Coloma de Gramenet, y que serán los órganos internos los que determinen cuál es la configuración de la lista en este municipio: "Rufián es un gran activo y un gran candidato".

Estas declaraciones vuelven a abrir un nuevo frente que puede afectar al malestar que hay dentro de las filas de Junts, pero también dentro de los republicanos, y es que a pesar de públicamente se cierre filas con Rufián, es amplia la base republicana que considera que sus declaraciones traspasan límites. Sea como sea a estas alturas el futuro del ejecutivo queda pendiente, principalmente, de una cuestión: la auditoría que los de Jordi Turull y Laura Borràs harán para evaluar el grado de cumplimiento del primer año del  Govern, que determinará si funciona o si hace falta "replantearlo o dejarlo estar". Los republicanos no han entrado a valorar esta decisión en concreto, pero si que van avisando a Junts de que romper el govern podría ser una irresponsabilidad, y así lo ha reiterado este lunes la portavoz de ERC.

"Todo el respeto, nosotros seguiremos trabajando para cumplir los acuerdos suscritos y para poder hacer real aquello a que nos comprometimos con la CUP y Junts, con la voluntad de poder dar estabilidad al Govern. Que sea lo más fuerte posible. Lo que esperamos de los socios de coalición es que actúen con responsabilidad, lealtad y garantizando la estabilidad imprescindible para servir mejor a la ciudadanía", ha expresado la portavoz.

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, en la rueda de prensa de este lunes / Fotografía: Marc Puig (ERC)

El estado español impone infraestructuras

En esta misma comparecencia ha cargado, como ya es frecuente en especial desde el CatalanGate y sobre todo desde el anuncio que el estado sólo ha cumplido con un tercio de las inversiones en Catalunya, contra el Gobierno de Pedro Sánchez. El viernes el Gobierno plantó a la ministra de Transportes, que vino a presentar un supuesto acuerdo sobre el futuro de la B-40, donde el Gobierno se comprometió a pagar el Quart Cinturó. Según Vilalta, la ministra vino a Catalunya sin los consensos necesarios: "Es grave la visita de la ministra porque no sólo viene a reírse y hacer nuevas promesas, sino que además vienen a imponernos estructuras y modelos que no compartimos", ha expresado la portavoz que ha asegurado que la B40 es un proyecto obsoleto y caduco que no comparten y que presentarán una propuesta alternativa en las próximas horas.

Esta cuestión, ligada completamente con la falta de inversiones, está alejando cada vez más a los republicanos del PSOE y Podemos. Vilalta ha estado clara, sobre la posibilidad de llegar a nuevos acuerdos como por ejemplo los presupuestos de 2023: "La confianza ya no está entre los gobiernos de Catalunya y el estado. Mientras no cumplan con todos los compromisos, mientras no haya cumplimientos, no hay confianza. Y si no hay confianza no puede haber nuevos acuerdos", ha avisado, y se ha referido en concreto a las próximas cuentas. "Se ha acabado el tiempo de las promesas y las buenas intenciones. Que vengan con los deberes hechos", ha insistido la republicana, en que ha acusado la Moncloa de dar excusas de "mal pagador".