Sin ninguna sorpresa de última hora, la militancia de Junts per Catalunya ha avalado la ruptura del Acuerdo de Bruselas propuesto este lunes por la ejecutiva del partido liderado por Carles Puigdemont con el 86,98% de los votos favorables, 10,22% en contra, y 2,80% en blanco, con el 66,29% de participación. La consulta telemática arrancó este miércoles a las 10h y ha terminado este mismo jueves a las 18h, con 6.300 militantes llamados a votar si "están de acuerdo con la propuesta de la dirección de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE a raíz de sus incumplimientos". El método a la hora de tomar la decisión ha sido calcado a la salida del Govern de Pere Aragonès en 2022 o con el aval a la investidura de Pedro Sánchez. En la investidura del presidente socialista participaron el 67% de las bases, y el 86,16% votaron a favor del pacto, mientras el 13,83% lo hizo en contra. En cuanto a la salida del ejecutivo, el resultado fue ajustado, con el 55,73% a favor y el 42,39% en contra. Participaron un 79,18% de los militantes.

A partir de ahora, sin contactos con el PSOE
La ejecutiva nacional de Junts per Catalunya se reunió este lunes por la mañana en Perpinyà, capital de la Catalunya Nord, para formalizar la ruptura definitiva con el PSOE. La decisión se tomó por unanimidad tras más de tres horas de deliberación con la participación de unos setenta dirigentes. El president Carles Puigdemont, desde el exilio, expuso claramente los motivos: la falta absoluta de confianza en el gobierno español y el incumplimiento reiterado de los acuerdos pactados. Puigdemont denunció que el PSOE ha hecho "promesas vacías y ha despreciado la palabra dada" en los acuerdos de Suiza, donde se establecieron compromisos concretos como la oficialidad del catalán en la Unión Europea, la aplicación efectiva de la ley de amnistía, la cesión de competencias en inmigración, la publicación de las balanzas fiscales o la participación de Catalunya en organismos internacionales. Ninguno de estos puntos, remarcó el president, se ha cumplido, y el Estado español continúa negándose a afrontar políticamente el conflicto con Catalunya.
Con esta decisión, Junts pone punto final a los encuentros bilaterales con el PSOE en Suiza y da por terminada la tarea del mediador internacional Francisco Galindo Vélez, después de una veintena de reuniones que no han servido para hacer avanzar el proceso. A partir de ahora, toda relación política con los socialistas queda suspendida, y el partido dará a conocer caso por caso el sentido de su voto en el Congreso de los Diputados. Puigdemont, pese a mantener la mano firme, no reclamó elecciones inmediatas, aunque Junts descarta cualquier alianza o moción de censura instrumental con PP o Vox.
El consejo nacional de Junts había avalado este martes la propuesta de convocar una consulta a la militancia con el apoyo del 93,36% de los votos. A pesar de los últimos movimientos del PSOE, como el compromiso de Sánchez de desbloquear la iniciativa contra la multirreincidencia, los de Junts solo votarán en el Congreso aquello que favorezca a Catalunya. Un ejemplo es lo que ya se ha ido viendo esta semana, como la votación favorable de Junts a aprobar la reforma legal del gobierno español que obligará a las empresas a atender en catalán. Sin embargo, el martes la formación liderada por Carles Puigdemont facilitó que una ley del PP sobre la Fiscalía superara el primer trámite parlamentario.