El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha oficializado desde Perpinyà la ruptura de Junts con el PSOE y la decisión de "pasar a la oposición". En una comparecencia sin preguntas, ha comunicado la decisión de la cúpula del partido y ha anunciado que el miércoles y jueves próximos se someterá a la consideración de los militantes a través de una consulta telemática. Según Puigdemont, si la militancia revalida el posicionamiento adoptado por la ejecutiva, "el Gobierno español ya no podrá recurrir a la mayoría que invistió a Pedro Sánchez" ahora hace dos años y, por lo tanto, no podrá aprobar los presupuestos del año que viene. "Podrá ocupar sillones, pero no podrá gobernar. Podrá tener gobierno, pero no podrá ejercer el gobierno", ha sentenciado. Sin embargo, Puigdemont no ha señalado que Junts se proponga ninguna alternativa en el Congreso y, además de emplazar a Sánchez a explicar cómo piensa gobernar a partir de ahora, ha dejado clara la disponibilidad a hablar de los temas que sean positivos para Catalunya.

La comparecencia de Puigdemont se ha producido después de que la ejecutiva de Junts ha decidido por unanimidad dar por terminadas las negociaciones con el PSOE. La reunión de la ejecutiva se ha celebrado en un espacio de coworking a las afueras de Perpinyà y ha tenido como previa, el domingo por la noche, una reunión de la permanente del partido. Junts ha convocado un consejo nacional  mañana para ratificar la decisión antes de someterla a la consideración de las bases.

"Otros no tienen ningún problema"

En su comparecencia, ha recordado el acuerdo que cerró con el PSOE en Bruselas en noviembre de 2023 para votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez y los puntos clave de aquel entendimiento; ha admitido las profundas discrepancias que existían y que para sacarlo adelante hacían falta lo que ha descrito como "ingredientes" adecuados, voluntad política, confianza y resultados concretos; pero ha añadido que hace un año constataron que estas condiciones no existían y que no había disposición por parte del PSOE para corregirlo. Ha insistido en que Junts ya había advertido que no mantendría su apoyo en el Congreso si el gobierno socialista no cumplía. "Otros no tienen ningún problema, pero Junts, sí. En el partido socialista lo saben desde el primer día: para hacer lo mismo que otros, nosotros no somos los socios que buscan", ha advertido en un dardo directo a ERC.

Puigdemont ha recordado que en septiembre del año pasado ya puso en marcha un "aviso serio" reclamando a Pedro Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza y ha añadido que los socialistas "parecía que habían entendido el mensaje". Pero ha concluido que el tiempo ha demostrado que "al PSOE solo le mueve el tactismo del poder" y que movimientos como pactar en el Ayuntamiento de Barcelona con el PP para impedir que Junts llegara a la alcaldía, han demostrado que "no tenían voluntad de forzar las costuras del régimen del 78". 

Alianza PP-Vox-PSC

Ha admitido que en estos dos años se ha llegado a algunos acuerdos, como la utilización del catalán en el Congreso de los diputados, pero ha añadido que los resultados no han sido suficientes y que en algunas cuestiones incluso se ha retrocedido. En este punto, Puigdemont tampoco se ha ahorrado los reproches al PSC y al Govern de Salvador Illa, y ha denunciado un proceso de españolización y desnacionalización de Catalunya, así como el retroceso de los derechos lingüísticos de los catalanes, la "pasividad absoluta ante el desastre de Rodalies" o ante la desinversión o el colapso de los servicios públicos. En el rosario de reproches incluso ha denunciado una "alianza tripartita entre Vox, PP y PSC" para bloquear las propuestas de ámbito nacional, lo cual ha descrito como una "alianza estratégica del españolismo, mucho más sólida de lo que la propaganda hace creer".

"Hemos tenido paciencia. Y cuando nos pidieron más, pusimos más", ha asegurado, recordando que Junts retiró la proposición sobre la cuestión de confianza de Sánchez después de la intervención del mediador internacional. No obstante, ha insistido en que a estas alturas esperaban haber conseguido pruebas que demostraran que valía la pena continuar para conseguir un acuerdo de reconocimiento nacional que abriera la puerta a ejercer el derecho a la autodeterminación. 

"Si va bien para Catalunya, hablemos"

A juicio de Puigdemont, la respuesta del PSOE ha sido actuar "ignorando su debilidad parlamentaria" y sin hacer caso a los "avisos y señales" que Junts les ha hecho llegar en 22 meses de trabajo y 19 encuentros en Suiza. "El nuestro no es un proyecto político que tenga por vocación la estabilidad española. Si va bien para Catalunya, hablemos, y si no, adiós", ha remachado Puigdemont.

Entre la colección de reproches que ha dedicado al PSOE, Puigdemont ha destacado las balanzas fiscales que aún no se les ha facilitado y que imposibilitan que Junts pueda entrar a valorar el debate de presupuestos o el modelo de financiación, al igual que las cifras de ejecución de los presupuestos, de las cuales este año se han facilitado solo las del primer semestre de 2024, que mostraba una cifra de ejecución "escandalosamente baja, bajísima, insultante". "No me aventuro a pensar el resultado del segundo semestre, pero me parece que muchas cosas no han cambiado demasiado", ha remachado en un discurso en que ha hablado también de los acuerdos sobre puertos y aeropuertos o sobre la presencia de Catalunya en las instituciones europeas o sobre el bloqueo de las leyes sobre multireincidencia y sobre ocupaciones, o sobre los interventores de los ayuntamientos y los jueces de paz.

"El PSOE es el responsable máximo"

La conclusión de Puigdemont es que Junts ha estado en todos los debates, incluidos los problemas de vivienda, el salario mínimo interprofesional o las pensiones, pero el PSOE ha roto el acuerdo "a conciencia". "El PSOE es el responsable máximo. Es él, no Junts, quien tiene todas las palancas del poder. Y Junts no tiene ni una", ha reprochado, recordando, de nuevo, la presencia de los socialistas en el gobierno central, el catalán, el Ayuntamiento de Barcelona o la Diputación.

Puigdemont, que no ha hablado en ningún momento de girar la mirada al PP o de la posibilidad de una moción de censura, ha dejado la pelota sobre la mesa del PSOE. "Ellos deben responder ante la ciudadanía de qué manera piensan continuar, de qué manera piensan gobernar el país, porque hay problemas y no se resuelven desde la minoría. Deben poder explicar cómo piensan gobernar más allá de su proverbial capacidad de ocupar el poder".