El debate político celebrado este jueves en el Parlament de Catalunya, en el marco del programa especial de Aquí Parlem de RTVE, ha puesto de manifiesto el profundo desacuerdo entre los partidos con representación en la cámara en casi todos los frentes. Moderado por Lluís Falgàs, el encuentro ha reunido a ocho portavoces parlamentarios —Elena Díaz (PSC), Mònica Sales (Junts), Ester Capella (ERC), Joan Garriga (Vox), Juan Fernández (PP), David Cid (Comuns), Laure Vega (CUP) y Sílvia Orriols (Aliança Catalana)— para debatir si el pacto de investidura que llevó a Salvador Illa a la presidencia está funcionando. La discusión se ha centrado especialmente en dos aspectos, los presupuestos y la gestión de la inmigración, con la vivienda como tercera gran preocupación. Sobre las cuentas, ningún partido ha confirmado un apoyo claro a los socialistas, y la mayoría ha adelantado que no habrá presupuestos. El bloque sobre la cuestión migratoria ha sido el más crispado, con intercambio de acusaciones que han marcado el tono tenso del debate.

La pregunta sobre si el pacto de investidura funciona ha sido el hilo conductor inicial del debate, pero las respuestas de los portavoces han puesto de manifiesto la falta de consenso al Parlament. Solo el PSC, por boca de Elena Díaz, ha defendido con claridad que el pacto funciona, ya que "se están cumpliendo los acuerdos pactados" con sus socios. Junts, por el contrario, ha denunciado una "desnacionalización sin precedentes" por parte del Govern y le ha acusado de "plena sumisión a España". En una posición más matizada, Ester Capella (ERC) ha rechazado una visión "en blanco o negro", pero ha reconocido que, a pesar de los acuerdos, "no avanzamos en la financiación singular". Por su parte, tanto el PP como Vox han coincidido en calificar el pacto de fracaso, mientras que Sílvia Orriols ha denunciado que se ha investido a "un gobierno débil, españolista e incapaz de aprobar unos presupuestos". Alejados de la pregunta principal, los Comuns han aprovechado la primera intervención para solidarizarse con Gaza, y la CUP ha hablado de vivienda y Rodalies.

Uno de los grandes focos del debate ha sido la viabilidad de unos futuros presupuestos. A pesar de formar parte del Govern, la portavoz socialista no ha confirmado de manera rotunda que se aprobarán. De hecho, Díaz ha rebajado la alarma afirmando que "un gobierno puede sobrevivir sin presupuestos, como ya se ha visto en el pasado". Junts, por su parte, ha advertido que no hay "muchas expectativas" si antes no se avanza hacia un sistema de financiación como el concierto económico. Una posición que ha provocado fricción con ERC, ya que Capella ha condicionado su apoyo a las cuentas a la concreción de la financiación singular y ha reprochado a los juntaires que "siempre echan la culpa a los otros" en lugar de sumarse para cumplir los acuerdos. Los Comuns han condicionado cualquier apoyo a avances reales en materia de vivienda y el resto de formaciones han descartado cualquier punto de entendimiento.

La inmigración aviva los ánimos

La cuestión migratoria, uno de los temas más debatidos, ha ocupado buena parte del programa y ha provocado los momentos de más tensión. El origen inmediato del desacuerdo ha sido la reciente negativa del Congreso de los Diputados a delegar las competencias de inmigración a la Generalitat, con los votos en contra de PP, Vox y Podemos. A partir de aquí, el moderador ha abierto un bloque que ha despertado una amplia respuesta de los portavoces, especialmente de Orriols, que ha sido mucho más activa durante este tramo del debate. Desde ERC han reiterado su apoyo al traspaso y ha defendido la soberanía de Catalunya para gestionar el fenómeno migratorio, una línea compartida por Junts. Ahora bien, Sales ha matizado que apuesta por regular "aquella inmigración que en todo este tiempo no ha funcionado bien", y ha remarcado que el traspaso no busca expulsar a nadie, sino "integrar".

El resto de formaciones han abordado la cuestión migratoria desde posiciones claramente divergentes. El PP ha afirmado que "Catalunya no está preparada para asumir nuevas competencias", y ha vinculado el debate con la supuesta "inmigración descontrolada" y los problemas de seguridad. "En Catalunya no son bienvenidos aquellos que vienen a delinquir y aprovecharse de nuestro sistema", ha advertido su portavoz. En un tono todavía más contundente, Vox ha defendido "más muros y menos moros" y ha apostado por un modelo migratorio de "billete de vuelta". La formación de extrema derecha ha cargado también contra Junts y Aliança, a quien ha acusado de estar dispuestos a "expulsar vascos, madrileños, andaluces y cualquier español que hable castellano habitualmente". Aun así, Vox y Aliança compartían puntos de entendimiento. Orriols ha defendido el cierre de fronteras para acabar con la "tercermundización de Catalunya".

Consenso en el problema, no en la solución

El debate sobre la vivienda ha mostrado un consenso entre los partidos en el hecho de que es uno de los principales problemas de la sociedad catalana, pero las propuestas para resolverlo han sido diametralmente opuestas. Desde Vox, se ha defendido la construcción masiva de pisos —tanto públicos como privados— con una finalidad clara: "vivienda social para que no se la queden a los inmigrantes". Una afirmación que ha encendido la respuesta de los Comuns, que les han replicado que "no tienen ni idea". El PP ha aprovechado para culpar a "las políticas comunistas" y, en concreto, "las políticas de la Colau" de la situación actual. La discusión ha sido especialmente tensa entre Cid y Fernández, que ha acusado a los Comuns de querer "esconder el problema de las ocupaciones", un tema que ha irrumpido con fuerza en este tramo del debate.