Berlín ha salido al paso este sábado para dejar claro que Alemania no ha modificado su posición respecto a la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en la Unión Europea, a pesar de las informaciones que apuntaban al inicio de un diálogo bilateral entre el gobierno español y el alemán para abordar esta cuestión. En una declaración facilitada a la agencia Efe, el portavoz del ejecutivo alemán, Stefan Kornelius, ha recalcado que “la posición del canciller alemán no ha cambiado” y ha recordado que “la adopción de nuevas lenguas oficiales requeriría modificar los tratados europeos”. La puntualización de Berlín llega pocas horas después de que, según fuentes de Moncloa, los dos ejecutivos acordaran abrir un espacio de diálogo reconociendo que el uso de las lenguas cooficiales constituye “una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España”.

Moncloa anunció este viernes que Berlín estaba dispuesta a abrir un diálogo bilateral con Madrid sobre la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en las instituciones europeas. Según el relato del gabinete de Sánchez, el acercamiento se habría concretado con la creación de una mesa de negociación entre ambos gobiernos, con el objetivo de que España pueda elaborar y presentar una propuesta formal que obtenga el apoyo necesario al Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea. Sin embargo, fuentes del PP advirtieron poco después a El Nacional.cat de que la CDU —el partido que lidera el gobierno alemán— no había modificado su postura, manteniendo su oposición a la propuesta española. Este sábado, el gobierno de Berlín ha confirmado esta versión, negando ningún cambio en su posición oficial.

Alemania se ha mantenido como uno de los principales obstáculos para la oficialidad del catalán en la Unión Europea, en una cuestión que exige la unanimidad de los 27 Estados miembros para prosperar. A pesar de los intentos del Gobierno de desarrollar la situación, la negativa persistente del gobierno encabezado por Friedrich Merz –líder de uno de los actores más influyentes dentro del bloque comunitario– sigue bloqueando cualquier avance real. Esta rigidez, que el gobierno alemán justifica con argumentos como la necesidad de modificar los tratados europeos, ha frustrado hasta ahora todas las esperanzas de que el catalán y el resto de lenguas cooficiales en el Estado puedan adquirir el estatus oficial en Bruselas.

Hace poco más de un mes, Sánchez recibió a Merz en Moncloa en una reunión que no sirvió para acercar posturas sobre la oficialidad del catalán. En la rueda de prensa posterior, ambos líderes admitieron que el tema había estado sobre la mesa, pero sin ningún avance concreto. Merz reconoció que ya conocía la posición española y evitó comprometerse con ningún cambio, recordando las dificultades logísticas y económicas que supone ampliar el servicio de idiomas en la Unión Europea. Incluso apuntó que, en el futuro, la inteligencia artificial podría sustituir a la necesidad de incorporar nuevas lenguas oficiales.