Dacia prepara un nuevo rumbo para el Duster que, sin fechas oficiales ni anuncios concluyentes, deja entrever una transformación profunda. Desde el entorno del fabricante, nadie niega que el modelo más emblemático de la marca acabará contando con una versión cien por cien eléctrica. No se trata de una especulación aislada, sino de una línea de trabajo que ya está presente en los planes industriales de la compañía, aunque en una fase aún temprana de desarrollo.

Todo apunta a que el Duster eléctrico será una evolución natural dentro de la estrategia del grupo, que avanza hacia una oferta más eficiente sin abandonar su identidad de marca. El proyecto no está concebido como una simple electrificación del modelo actual, sino como un vehículo completamente nuevo, adaptado desde su concepción a una arquitectura de cero emisiones. Esta vía permitiría mantener las cualidades prácticas del SUV –robustez, polivalencia, bajo coste de uso– dentro de un nuevo escenario tecnológico y normativo.

 

En este contexto, desde Dacia no se esconde que el futuro de su gama pasa por ampliar su presencia en el ámbito eléctrico, y el Duster jugará un papel clave en ese salto. El fabricante ha iniciado un trabajo técnico para explorar las soluciones más adecuadas en términos de plataforma, capacidad de batería y respuesta en distintos tipos de uso. La prioridad es clara: preservar el carácter funcional del modelo, ahora con propulsión eléctrica, sin alejarse de los valores que lo han convertido en un referente.

Por ahora, el proyecto se encuentra en una fase de definición. No hay plazos concretos ni especificaciones técnicas cerradas, pero el escenario apunta a un desarrollo progresivo, en sintonía con la evolución de la demanda y la infraestructura de recarga. La marca parece dispuesta a dar este paso cuando la tecnología y el mercado lo permitan, sin forzar un calendario prematuro.

Una transformación que ya se vislumbra en el horizonte

Llama especialmente la atención que, pese a no haber detalles oficiales, el discurso interno del grupo ya contempla la electrificación total como una extensión lógica del planteamiento actual. En este sentido, el Duster eléctrico no sería una edición limitada o puntual, sino un modelo con recorrido dentro de la futura gama de productos, diseñado para convivir con las versiones híbridas y bifuel que siguen marcando el presente inmediato de la marca.

 

Por otro lado, la electrificación permitirá replantear aspectos clave del vehículo, como la distribución de pesos, la eficiencia en entornos urbanos y la capacidad de adaptarse a futuras regulaciones. Este salto tecnológico abrirá también nuevas posibilidades para redefinir su diseño, habitabilidad y experiencia de conducción, sin renunciar a su enfoque económico.

El reto será conservar la esencia del Duster en un formato completamente nuevo. La fiabilidad mecánica, el mantenimiento reducido y la accesibilidad de precio seguirán siendo elementos centrales. De momento, la marca trabaja en silencio, pero sin disimular que el modelo eléctrico llegará. No es ningún secreto que el Duster se dirige hacia una nueva etapa, y todo indica que lo hará como uno de los pilares del futuro eléctrico del fabricante.