Catalunya está llena de rutas que vale la pena hacer, pero cuando ya has hecho muchas, ¿no notas que se te hace un poco repetitivo? En una pasas por un río, en otra llegas a un castillo... si todo eso te parece demasiado típico y quieres hacer una excursión que salga de la normalidad, has chocado con el artículo indicado. Hoy te llevamos a descubrir una ruta de lo más excepcional e incluso impactante, una ruta donde te encontrarás ni más ni menos que un avión estrellado y abandonado en medio del bosque.
Se trata de una ruta de senderismo en Requesens, un vecindario del municipio de la Jonquera, al Alto Empordà.

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La historia detrás del avión

El 16 de julio de 1986, el hidroavión Douglas DC6 trabajaba a extinguir el fuego de un incendio descontrolado en la localidad norcatalana del Pertús. Pero a causa del fuerte viento que soplaba, la aeronave acabó estrellándose en una zona montañosa próxima al pueblo de Requesens, y sus cuatro tripulantes murieron. El hecho curioso, sin embargo, es que los restos del aparato nunca llegaron a ser retirados y, por lo tanto, la aeronave permanece en el mismo lugar desde el fatídico accidente.

Aunque en los últimos años la excursión se ha convertido en un atractivo, la memoria del trágico incendio todavía está presente en muchos vecinos de la Jonquera y Cantallops que lo vivieron de cerca.

Avión estrellado Requesens

Restos del avión estrellado cerca de Requesens / Juaninjuanete (Wikiloc)

¿Dónde está y como llegar?

Llegar hasta el avión no es difícil. El trayecto es de 7,5 kilómetros y de una duración aproximada de dos horas y media, entre ida y vuelta, que va desde Requesens hasta el lugar del avión accidentado. Aparte de los restos del avión en sí, también encontrarás una placa conmemorativa en homenaje a los 4 tripulantes de la avioneta: el piloto Jean Pierre Davent, el copiloto Jean Ogier, el mecánico Roland Denard y el ayudante Jacques Le Bel.

Casi cuarenta años después del accidente, los restos del avión todavía se encuentran en bastante buen estado, teniendo en cuenta que en todo este tiempo nadie se ha encargado de conservarlas. Sin embargo, sí que es cierto que a lo largo de los años han ido desapareciendo varias piezas fruto del vandalismo, como recientemente la última hélice de la cola que le quedaba. Los numerosos grafitos también estropean un poco la experiencia, y aunque el Ayuntamiento de Cantallops se había planteado de limpiar las pintadas del aparato, por ahora se ha descartado porque temen que una vez hecha la inversión se repitan los hechos incívicos.

La ruta también ofrece otros elementos de interés, como unas vistas impresionantes del golfo de Roses y del Empordà, todo mientras caminas a la sombra rodeado de bosques de encina. Además, si vas con tiempo, a solo 20 minutos en coche tienes el imponente castillo de Requesens, una fortificación que te dejará boquiabierto y te ayudará a completar una jornada bien completa.

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