Un total de 204 millones de personas en todo el mundo viven en zonas controladas o disputadas por grupos armados, una cifra que representa 30 millones más que hace cuatro años, según un informe reciente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El estudio pone de relieve las difíciles condiciones de vida de estas comunidades y los múltiples riesgos a los que se enfrentan los civiles atrapados en conflictos armados.

El documento, publicado este martes, se basa en investigaciones realizadas en Camerún, Filipinas e Irak, y destaca que en estos territorios la población vive constantemente bajo tensión. La falta de claridad sobre las jerarquías de los grupos armados y el temor a represalias genera un clima de inseguridad permanente. Según Arjun Claire, asesor principal del CICR en materia de políticas, “muchas personas quedan atrapadas en la violencia: uno de los bandos las acusa de colaborar con el otro, y esto las expone a represalias brutales”. Claire añade que “los Estados y los grupos armados no pueden cargar el coste de la guerra sobre las espaldas de la población civil” y subraya que “quien controla un territorio adquiere la responsabilidad de proteger a sus habitantes, no un permiso para atacarles”.

Falta de servicios esenciales

El colapso o la interrupción de servicios esenciales en estas zonas agrava aún más la situación. A menudo, ni las autoridades estatales ni los grupos armados funcionan como proveedores fiables de salud, educación o documentación civil, dejando a la población sin acceso a servicios básicos. Esto limita la movilidad de las personas, impide el acceso a hospitales o escuelas, e incluso dificulta demostrar su identidad, lo que las hace más vulnerables a maltratos y exclusión.

De los 204 millones de personas identificadas en el estudio, 74 millones viven bajo el dominio total de grupos armados, mientras que los otros 130 millones habitan zonas en disputa, donde el control cambia constantemente. El informe del CICR de 2025 identifica 383 grupos armados como actores de preocupación humanitaria, repartidos en más de 60 países.

Más de un tercio de estos grupos participan en conflictos armados formales, y por lo tanto están sujetos al derecho internacional humanitario. Según Matthew Bamber-Zryd, asesor del CICR sobre grupos armados, “las cifras confirman que la mayoría de estos grupos no son actores temporales, sino que tienen un fuerte arraigo en los territorios donde operan”.

¿Cuáles son los obstáculos principales?

La Cruz Roja mantiene contacto con aproximadamente tres cuartas partes de estos grupos para negociar el acceso, prestar asistencia y promover el respeto por los civiles, aunque afronta múltiples obstáculos, desde condiciones inseguras que impiden el paso hasta restricciones legales y administrativas impuestas por los Estados.

Al publicar estos datos, el CICR ha hecho un llamamiento a todas las partes en conflictos armados a respetar el derecho internacional, proteger a la población civil y facilitar el acceso de actuaciones humanitarias, recordando que la responsabilidad sobre la vida y la seguridad de millones de civiles recae directamente en quien controla los territorios.