Los conservadores han elegido a Liz Truss como líder del partido y los británicos ya tienen una nueva primera ministra, la tercera de su historia, después de Margaret Thatcher, a quién ha evocado durante toda la campaña electoral marcada por un aumento de los precios también en el Reino Unido, y Theresa May. Liz Truss partía como favorita a todas las encuestas por delante de su rival, Rishi Sunak. Los dos habían formado parte del gobierno de Boris Johnson y ahora se han enfrentado a unas primarias del partido para sustituir su exjefe en Downing Street. Así, los 160.000 militantes del partido conservador han sido los encargados de decidir quien debe ser el nuevo primer ministro de todos los británicos.

En su primer discurso como líder del partido conservador, Truss ha querido empezar recordando la figura de Boris Johnson, a quien ha definido com su amigo, y se ha centrado en medidas para paliar la crisis economica y energéitca que afecta al Reino Unido con un gran aumento de los precios. Truss ha conseguido 81.000 votos en las primarias, por los 60.000 de su rival, Rishi Sunak, una diferencia mucho más ajustada de lo que se esperaba. 

Boris Johnson parecía que se había aferrado a la silla de primer ministro, a pesar de las decenas de escándalos que rodeaban su mandato, pero la situación se volvió insostenible al principio de julio, cuando decidió dimitir. Antes, había superado por muy poco una moción de censura dentro su propio partido, después del desprestigio de que suponía para los conservadores las fiestas del conocido PartyGate, especialmente a raíz del demoledor informe de la popular inspectora de la policía metropolitana de Londres, Sue Grey, en que Johnson quedaba como uno de los principales señalados.

Truss, ¿la nueva Margaret Thatcher?

En el momento de la dimisión de Johnson y cuando se convocaron las primarias del partido conservador, entre los seis candidatos iniciales, el gran favorito era Sunak, un millonario de origen hindú, rodeado por la polémica sobre la figura de su mujer y su gran fortuna. Con el paso de los días, sin embargo, y una vez eliminados el resto de contrincantes, muchos de los cuales también habían tenido un papel relevante en el gobierno de Johnson, la situación ha cambiado radicalmente, y los conservadores veían con mejores ojos a la exministra de Exteriores. Durante su campaña, el nombre de Liz Truss ha estado constantemente ligado al de Margaret Thatcher, algo inevitable y que ella tampoco ha evitado, sino que ha llegado a incentivar, emulando algunas de sus fotografías más recordadas.

Liz Truss es la más liberal de los dos candidatos, al menos con respecto a la política económica que ha ido proponiendo. Al contrario de Sunak, que anunció una subida del impuesto de sociedades como ministro de Economía, rol que ha jugado durante el gobierno Johnson, Truss ya se ha comprometido a rebajarlo. Su lema "In Liz we Truss", un juego de palabras entre su apellido y el verbo "trust", confiar en inglés, ha triunfado en la campaña electoral.

Hacia Escocia a reunirse con la Reina

Truss se ha mostrado intransigente en la cuestión escocesa. Desde el primer momento de la campaña por el control del partido conservador y del conjunto del Reino Unido, la política ha dejado bien claro que cuando fuera primera ministra, no se celebraría ningún nuevo referéndum, al contrario del que sí que permitió David Cameron. Con todo, lo primero que tendrá que hacer después de ser escogida líder de los tories será viajar hasta precisamente Escocia, donde la espera Isabel II. La Reina, que acostumbra a recibir al día siguiente de las elecciones a su ganador, lo hará por primera vez lejos de Londres. En lugar de recibir Truss en Buckingham Palace, lo hará en su residencia de verano, el palacio de Balmoral, en Aberdeenshire, por culpa de sus problemas de movilidad.