La guerra de Gaza podría haber entrado este fin de semana en un escenario inédito que abre la puerta a poner fin a dos años de conflicto. Hamás ha anunciado su disposición a liberar a todos los rehenes israelíes bajo las condiciones del plan de paz impulsado por Donald Trump, e Israel ha respondido anunciando que se prepara para aplicar de manera inmediata la primera fase del acuerdo. Fuentes militares israelíes aseguran que las operaciones ofensivas se han reducido, limitándose a tareas defensivas, aunque los bombardeos no se han detenido del todo.

El Gobierno de Benjamin Netanyahu ha asegurado que está “listo para implementar inmediatamente” la primera fase del plan de Washington. El escenario contempla la liberación de los rehenes en paralelo a la salida de centenares de presos palestinos de las prisiones israelíes. Pero la aceptación del acuerdo no está exenta de tensiones internas, ya que los partidos ultraortodoxos que apoyan al primer ministro han rechazado el plan y advierten de una crisis política inminente si se mantiene su aplicación.

Con todo esto, el movimiento islamista Hamás ha aceptado entregar tanto a los rehenes vivos como a los cadáveres en un plazo de 72 horas, a cambio de un alto el fuego y la excarcelación de centenares de presos palestinos. Además, se ha mostrado dispuesto a transferir el poder en Gaza a un gobierno tecnocrático palestino, desvinculado de las facciones armadas. Sin embargo, Hamás evita comprometerse con algunos de los puntos más sensibles del plan, como la desmilitarización total de la Franja o la supervisión internacional liderada por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair.

Presión de Trump y celebración internacional

Por su parte, Donald Trump ha celebrado la respuesta de Hamás y ha reclamado a Israel que detenga “inmediatamente” los bombardeos para garantizar la liberación segura de los rehenes de la Franja y certificar así la “tan buscada paz en Oriente Medio”. Según el presidente norteamericano, “Israel debe detener inmediatamente el bombardeo en Gaza. Ya estamos en conversaciones sobre los detalles que deben elaborarse”. La comunidad internacional también ha reaccionado con esperanza. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido un alto el fuego “inmediato y permanente” y el acceso humanitario sin restricciones a Gaza. Líderes como Recep Tayyip Erdogan y Keir Starmer han coincidido en que se abre una oportunidad “decisiva” para avanzar hacia la paz. “La liberación de todos los rehenes y el alto el fuego en Gaza están al alcance”, ha celebrado el presidente francés, Emmanuel Macron.

Hamás no quiere desmilitarizarse

A pesar de este avance, persisten puntos de fricción. Los actuales líderes de Hamás insisten en que no renunciarán del todo a las armas mientras persista la ocupación israelí, y reclaman una retirada progresiva de las tropas de Gaza. Por su parte, Netanyahu rechaza incluir en el plan la posibilidad de un Estado palestino, a pesar de que la iniciativa de Washington lo plantea a medio plazo. A casi dos años del inicio del conflicto, Israel y Hamás parecen más cerca que nunca de un alto el fuego. Pero la fragilidad de las negociaciones y las divisiones internas de cada bando hacen que aún sea pronto para hablar de paz definitiva.