Un vídeo grabado por un dron israelí este sábado muestra una imagen impactante: la Franja de Gaza reducida a escombros, edificios convertidos en polvo y ciudades completamente arrasadas. La grabación refleja la magnitud de la devastación en un momento en que, sobre el papel, se debería estar negociando una tregua y el fin de la guerra. Pero sobre el terreno, la guerra no se ha detenido. La noche del sábado al domingo ha sido especialmente dura y ha dejado al menos diez muertos. Según fuentes médicas, cinco palestinos han sido abatidos a tiros cuando intentaban volver a casa, en zonas aún controladas por tropas israelíes. Otros cinco han muerto mientras se desplazaban hacia la capital desde el sur del territorio. El servicio de ambulancias ha confirmado que ha tenido que actuar en al menos siete emergencias solo durante la noche, la mayoría causadas por bombardeos aéreos y ataques con drones. La capital ha sido sometida a un ritmo constante de fuego, con hasta tres bombardeos aéreos cada hora. En Wadi Gaza, en el centro de la Franja, el fuego de artillería se ha dirigido contra grupos de civiles que esperaban la llegada de ayuda humanitaria y contra ambulancias.
Todo esto ocurre mientras Estados Unidos intenta presionar a Israel para que detenga las operaciones. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha celebrado que Hamás acepte parcialmente su propuesta de plan de paz y ha asegurado: “Cuando Hamás lo acepte, el alto el fuego se aplicará de forma inmediata”. El acuerdo incluye un intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos y la formación de un gobierno de transición en Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sin embargo, ya ha adelantado que la desmilitarización de Hamás será una condición imprescindible.
Israel ha afirmado haber detenido el avance terrestre dentro de la capital, pero ha mantenido tropas desplegadas en varios barrios clave. El ejército ha advertido a la población desplazada que no regrese al norte de la Franja, que sigue siendo una “zona de combate extremadamente peligrosa”. Las negociaciones entre Hamás e Israel deben reanudarse este lunes en El Cairo, con la mediación de Egipto, Qatar y Estados Unidos. Pero el gobierno de Netanyahu afronta fuertes tensiones internas: los ministros de extrema derecha han rechazado cualquier acuerdo con Hamás y consideran que detener los ataques sería “un error grave”.