A un año y medio de las elecciones municipales del 2027, Aliança Catalana afronta su primer seísmo interno en el ámbito local, y el epicentro es Berga. El anuncio de que Judit Vinyes, portavoz de Berga Grup Independent (BeGI), se incorpora al partido oriolista con la voluntad de encabezar la lista municipal no ha gustado nada a Aliança Berga. La maniobra ha desencadenado una crisis de dimensiones poco habituales dentro de AC y ha abierto una fractura entre la dirección y un sector de la militancia local. Varios afiliados han denunciado que la designación se ha conocido “a través de informaciones externas” y sin participación interna, y han amenazado con presentar la baja si la dirección no reconsidera el procedimiento.

La cúpula del partido, sin embargo, ha salido al paso de las informaciones asegurando que no hay ninguna designación formal y que el proceso se regirá por un nuevo protocolo interno que aún debe aprobarse. La coordinadora comarcal, Imma Nadal, ha negado que el 90% de la militancia quiera marcharse y afirma que “como máximo plegará el 50%”. También ha acusado a tres militantes de difundir “afirmaciones infundadas que no se ajustan a la realidad”, insistiendo en que están poniendo en riesgo “la cohesión del proyecto”.

La crisis arranca en BeGI y salta a Aliança Catalana

El origen del conflicto se encuentra en la decisión de Vinyes de impulsar una posible alianza entre BeGI y Aliança Catalana. La propuesta fracturó su propio grupo, donde el concejal Lluís Minoves pasó a ser no adscrito y quince de los veinte miembros de la lista reafirmaron el “carácter independiente, transversal y estrictamente local” de BeGI y rechazaron “cualquier integración con otras formaciones”.

La entrada de Vinyes en AC, avalada según diversas fuentes por el secretario de organización, Oriol Gès, ha generado rechazo entre los militantes que aseguran haber construido el proyecto local. Consideran que la propuesta se ha hecho a espaldas de la militancia y recuerdan que la portavoz de BeGI se habría ofrecido a Junts en el pasado. Por ello mismo sostienen que “se nos ha impuesto una líder que no consideramos válida, por su trayectoria política”.

El sector crítico defiende a Anna de Haro como perfil propio

Entre estos afiliados cobra fuerza el nombre de Anna de Haro, vocal del Berguedà en el comité ejecutivo comarcal de Aliança Catalana, a quien atribuyen un amplio apoyo interno. Aseguran que ha sido la primera afiliada en el Berguedà y que “ha picado piedra desde el primer día”, consolidando una estructura territorial que, según dicen, la dirección no ha tenido en cuenta.

El grupo discrepante remarca que no rechaza nuevas incorporaciones, pero exige procesos transparentes, participación interna y arraigo territorial. Alertan de que cualquier decisión unilateral puede afectar la cohesión y el rendimiento electoral del partido en las municipales.

La dirección de Orriols se defiende y apunta a un “grupo reducido”

La respuesta oficial ha llegado también en forma de comunicado. Aliança Catalana afirma en él que “no hay ninguna sección local ni núcleo impulsor” del partido en Berga y acusa a un “grupo muy reducido de afiliados” de haber vulnerado los estatutos y roto los canales internos. Rechaza “designaciones unilaterales ni condiciones personales” y califica estas acciones de “acto de coacción interna”. El texto también abre la puerta a la entrada de miembros de BeGI “a título individual” y recuerda que ninguna persona puede actuar en nombre del partido sin autorización formal. Además, anuncia una parada informativa en Berga y una reunión comarcal para abordar la situación “de manera directa y transparente”.

Imma Nadal ha sintetizado el posicionamiento de la dirección a través de un mensaje en X: “Explicación de hasta qué punto tres personas del Berguedà, más preocupadas por sus sillas que por el proyecto colectivo, pueden hacer daño a un partido político. AC rechaza frontalmente estas prácticas.”

Hacia un diciembre decisivo

La reunión prevista para el 29 de diciembre entre la dirección y la afiliación del Berguedà podría marcar el punto de inflexión de este conflicto interno. Los críticos podrían anunciar su dimisión si no hay cambios, mientras que la dirección confía en reconducir el escenario y estabilizar el proyecto en la capital del Berguedà. Sea cual sea el desenlace, la polémica ha revelado una profunda fractura interna en el municipio de Berga en un momento clave para el partido, que aspira a crecer territorialmente de cara a 2027.

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