Cada año, a medida que llegan los días más cortos y fríos, emerge un fenómeno cultural conocido como “cuffing season”. Es aquel período en el que los solteros, dejando atrás el verano, buscan una relación romántica para pasar los meses más oscuros y fríos del año. Según describe un artículo de la BBC, esta tendencia ha captado la atención de psicólogos y expertos en relaciones por su combinación de cultura y comportamiento humano.
El origen exacto del término no está del todo claro, pero parece que apareció hacia 2009, con “getting cuffed” como argot para referirse a entrar en una relación comprometida. Pero, ¿realmente existe una base científica detrás de este comportamiento? Algunos estudios sugieren que hay un cierto patrón. Christine Ma-Kellams, profesora asociada de psicología en la San Jose State University, explica a la BBC que "la cuffing season se refiere a la idea de que los comportamientos de reproducción son estacionales", aunque no hay consenso sobre por qué ocurre. Las investigaciones sobre búsquedas en internet relacionadas con sexo muestran picos tanto en verano como en invierno, y estudios de la década de los 90 indican un aumento de la actividad sexual alrededor de Navidad.
¿Qué dispara las apps de citas?
Las aplicaciones de citas también reflejan esta tendencia. Según datos de la aplicación de citas Bumble, el período con más swipes –cuando encuentras una coincidencia– se concentra entre finales de noviembre y mediados de febrero, justo a tiempo para el Día de San Valentín. Justin Garcia, director ejecutivo de The Kinsey Institute, comenta que “hay un aumento claro durante los meses de invierno” y atribuye parte de este fenómeno al hecho de que pasamos más tiempo en casa, con menos oportunidades de interacción social presencial, lo que hace que las apps de citas se conviertan en un canal clave.
Pero, ¿y la biología? Algunas especies se reproducen solo en ciertas estaciones por motivos ecológicos, como las vacas, que necesitan pastos frescos cuando nacen las crías, o ciertas aves. Los humanos, en cambio, no somos estacionalmente reproductivos. “Somos oportunistas en el sexo y en las interacciones sociales. Si hay oportunidad, la mayoría aprovecha”, explica Sue Carter, profesora emérita de biología en la Indiana University. Aun así, sí que hay factores biológicos indirectos: el trastorno afectivo estacional (TAE), que afecta del 1 al 3% de los adultos en climas templados, puede provocar depresión leve e influir en la libido. Además, la disminución de la luz solar reduce los niveles de serotonina, afectando el humor y la energía, y puede empujar a la gente a buscar contacto y afecto, destaca la BBC.
La hormona del amor, la oxitocina, juega también un papel en esta búsqueda de pareja. Se libera durante el contacto físico, los abrazos o las relaciones sexuales, y favorece los vínculos sociales y románticos. Carter añade que los lazos creados pueden ser especialmente intensos en los primeros encuentros. Además, hay quien sugiere que el deseo de tener a alguien al lado para mantenerse caliente durante el invierno podría tener un componente inconsciente. Randy Nelson, de la West Virginia University, apunta que la diferencia en la percepción de frío entre hombres y mujeres podría contribuir a esta necesidad de proximidad física.
¿Un fenómeno cultural?
Pero más allá de la biología, el cuffing season parece más un fenómeno social y cultural. García explica que la familia y el círculo social influyen mucho en nuestra búsqueda de pareja durante las fiestas: “Hay mucha presión familiar, aunque no sea explícita, y estar rodeado de familia recuerda las expectativas de pareja y formación de familia. Esto es muy humano”.
Finalmente, el fenómeno también refleja una tendencia moderna: muchos jóvenes, especialmente de la Generación Z y millennials, reevalúan qué significa una relación romántica hoy en día. “Hay un enfoque excesivo en la autorrealización. Muchos quieren trabajar en sí mismos antes de comprometerse con alguien”, comenta García a la cadena británica.
En resumen, si bien los humanos no tenemos una “temporada de reproducción” estricta, el cuffing season revela cómo la combinación de clima, cultura, tecnología y biología afecta nuestra búsqueda de conexión y afecto. Para los solteros, puede ser solo una excusa para encontrar a alguien con quien compartir el frío invernal… o un reflejo más profundo de nuestro instinto social.
