La Policía Federal brasileña ha detenido este sábado al expresidente brasileño Jair Bolsonaro como medida preventiva para "garantizar el orden público", y por el riesgo de una posible fuga, en medio de su proceso judicial que ha comportado su condena por golpe de Estado, según el cuerpo policial en un comunicado. Bolsonaro, que ya se encontraba en arresto domiciliario por este intento de golpe de Estado desde hacía meses, ha sido arrestado y conducido inmediatamente a las dependencias policiales. La detención del exjefe de Estado se produce un día después de que sus abogados solicitaran al alto tribunal poder cumplir la pena de 27 años y tres meses de prisión que recibió por intento de golpe de Estado bajo régimen domiciliario por motivos de salud. Según ha confirmado la Corte Suprema, el expresidente habría intentado romper su pulsera electrónica para intentar huir aprovechando una manifestación convocada ante su casa por uno de sus hijos, y que existía el riesgo de que pudiera buscar refugio en la embajada de los Estados Unidos de su amigo Donald Trump.
La fuga de otro condenado
Se da la circunstancia de que el Supremo también ordenó este viernes la prisión preventiva del diputado Alexandre Ramagem, exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia, aliado de Bolsonaro y que igualmente fue condenado a 16 años de prisión en el mismo juicio del expresidente, después de haberse supuestamente fugado a Estados Unidos. Las investigaciones apuntan a que el parlamentario salió de Brasil el pasado septiembre a través del estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, y continuó de manera clandestina hacia este país o hacia la Guayana Francesa antes de encaminarse a Estados Unidos.
Medida preventiva de la Corte Suprema
“La Policía Federal ejecutó este sábado (22 de noviembre), en Brasília/DF, una orden de detención preventiva en cumplimiento de una decisión de la Corte Suprema Federal”, ha hecho saber el cuerpo en un comunicado publicado en su página web. Fuentes de la Policía confirmaron posteriormente a los medios más destacados del país la identidad del detenido como el expresidente brasileño y quisieron matizar que la actuación policial de esta madrugada estaba obviamente vinculada con la trama golpista, pero no formaba parte directa de ella. No se trataba del inicio de la ejecución de su condena de 27 años y tres meses por intento de golpe de Estado, sino de una medida preventiva ante riesgos derivados de una convocatoria pública realizada por su hijo, Flávio Bolsonaro, ante el domicilio de su padre, que generaba preocupación por la seguridad de los seguidores y de los agentes. Por lo tanto, el tiempo que Bolsonaro pase ahora en prisión no será descontado de su condena de casi 30 años. Posteriormente, trascendió que el expresidente debería intentar romper la pulsera electrónica que controla sus movimientos para huir, aprovechando esta manifestación ante su casa y que existía el riesgo de que intentara llegar hasta la embajada de los Estados Unidos.
El ministro Moraes confirma el riesgo de fuga
El ministro Alexandre de Moraes, del STF (Supremo Tribunal Federal), señaló posteriormente que se determinó la prisión preventiva ante el riesgo de fuga del expresidente. Según el ministro, la pulsera electrónica que Bolsonaro utiliza desde julio de este año fue violada al inicio de la madrugada. Moraes afirma que este sería un indicio que el expresidente podría huir, aprovechando el que sería una movilización ante el condominio donde vivo, durante una vigilia convocada por uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro. "El Centro de Integración de Monitorización Integrada del Distrito Federal comunicó a esta Suprema Corte la ocurrencia de una violación de la equipación de monitorización electrónica del acusado Jair Messias Bolsonaro, a las 0 h 08 min del día 22/11/2025’", afirmó Moraes ante en la decisión que determinó la prisión preventiva. Según Moraes, Bolsonaro podría buscar refugio en la embajada de los EE. UU. para evitar su detención, días antes del final del proceso de la trama golpista y el inicio del cumplimiento de su pena. "Es importante destacar que el condominio del acusado está situado a unos 13 km del Sector de Embajadas Sur de Brasilia/DF, donde se encuentra la embajada de los Estados Unidos de América, en una distancia que se puede recorrer en unos 15 (quince) minutos en coche", explicó Moraes. El ministro afirma que Bolsonaro también habría podido planear una "fuga hacia la embajada de Argentina, mediante una solicitud de asilo político a aquel país”.
Una detención gestionada con cautela
Según el diario Folha, cinco vehículos policiales se personaron en el domicilio de Bolsonaro, en Brasilia, poco después de las seis de la mañana, y veinte minutos después trasladaron al expresidente a sus dependencias. Durante el operativo, que se gestionó con cautela para evitar confrontaciones, se priorizó la seguridad tanto del expresidente como de los agentes y seguidores presentes o cercanos al lugar. La medida fue ordenada por la Corte Suprema y respondía a preocupaciones por la seguridad pública y la posibilidad de desórdenes vinculados a la situación política de Bolsonaro. El expresidente permanece en una sala especial para altas autoridades dentro de la sede policial, y su equipo legal ha calificado la detención de injustificada, y han advertido de los riesgos que un regreso a la cárcel puede comportar para su delicada salud, por lo que justifican un régimen flexible de prisión domiciliaria. El Supremo había impuesto el arresto domiciliario inicialmente en agosto tras detectar que Bolsonaro había violado medidas cautelares, utilizando las redes sociales para incitar ataques al Tribunal Supremo y defender intervenciones extranjeras en la justicia brasileña.
Bolsonaro, de 70 años, fue condenado el pasado septiembre a 27 años y tres meses de prisión al ser declarado culpable de organizar una trama para perpetuarse en el poder, con la ayuda de antiguos ministros y mandos militares, con un intento de golpe de Estado frustrado en 2022 tras perder las elecciones presidenciales ante el actual presidente progresista, Luiz Inácio Lula da Silva. A Bolsonaro se le condenó por los delitos de golpe de Estado, abolición del Estado de derecho, constitución de una organización criminal armada, daños agravados al patrimonio público y deterioro de patrimonio histórico. Su sentencia incluye, además, una inhabilitación hasta ocho años después del vencimiento de su condena, plazo que, si no se producen reducciones de esta, se prevé que expire en 2060, cuando el ultraderechista tendría, hipotéticamente, 105 años. Bolsonaro está pendiente de su recurso a la sentencia y tras su condena, la justicia brasileña aún no había emitido una orden definitiva de detención, precisamente, a la espera de que el expresidente agotara el proceso de apelación de la sentencia.
