El Poblenou es un barrio de moda. Nuevos restaurantes, comercios y muchos expats están cambiando un barrio en pleno apogeo. Precisamente este último colectivo, el de los expats, es el que frecuenta la zona del The Social Hub, el hotel donde se ubica el restaurante Sisi. La planta baja del The Social Hub es literalmente eso, un espacio donde socializar en el que hay gente trabajando con su portátil, otros comiendo de fiambrera y algunos jugando al ping-pong al más puro estilo de las oficinas de Google. Pero nosotros no venimos a eso; aunque esté en el mismo edificio, tenemos que coger el ascensor y subir hasta la planta 15 para descubrir la oferta de Sisi.
Una terraza acogedora
El restaurante Sisi se divide en dos espacios. Por un lado, el interior, con una cocina abierta, cuatro mesas y unos grandes ventanales con vista a la montaña. Por otro lado, la zona exterior, la parte de terraza donde hay más mesas, una barra de bar y una piscina. El lugar es acogedor, con una decoración cálida en la que predominan los colores blancos, marrones y naranjas, con un estilo juvenil. Hay detalles que evocan la cocina mexicana, hilo conductor de la mayoría de platos de la carta. La vista de la terraza es casi de 360 grados. Desde aquí se ve la Sagrada Familia, Les Tres Xemeneies de Badalona o el distrito de Sant Martí entero, entre otros lugares de Barcelona.

La oferta de Sisi es de platos con productos de cocina mediterránea y con un toque de picante que recuerda a la mexicana. Una especie de fusión bien encontrada en la mayoría de los casos que se sirve en formato de platos para compartir. Las raciones son correctas, un poco abundantes para dos personas, pero ideales para compartir entre tres o cuatro. También tienen diferentes opciones de vino y un buen repertorio de cócteles.

Platos sabrosos
En general, todos los platos del restaurante son muy correctos. El espacio, el servicio atento y la calidad de la comida convierten el Sisi en un buen lugar donde disfrutar de una comida, o incluso donde "solo" tomar una copa. El pollo frito, por ejemplo, es delicioso. Suculento, con un punto picante y acompañado de lima y una mayonesa adictiva, es un entrante perfecto. También son buenos los pimientos del Padrón, que también acompañan con lima.

La otra cara de la moneda es el tartar de ternera, servido sobre una rodaja de tomate y cubierto de queso. El plato pierde la gracia con el queso y el tomate aguachenta una carne que, en caso de ser buena, no brillaría. Es preferible probar la ensalada de tomate, un plato fresco y sabroso, aunque abundante; ideal, también, para tres o cuatro personas. O el arroz de setas, cremoso y gustoso. Los postres del Sisi también son buenos, especialmente el affogato, una combinación perfecta entre café y helado. No podía faltar, como en la mayoría de restaurantes, la tarta de queso. Una tarta que está buena y que viene acompañada de chocolate.

El Sisi es un buen lugar para disfrutar de una comida informal con platos correctos y unas vistas singulares. Pocos restaurantes de Barcelona pueden presumir de ubicarse en una decimoquinta planta y tener una oferta de comida en un rango de precio aceptable. El Sisi no es barato, pero tampoco es un disparate. Teniendo en cuenta que se ubica en un hotel y que el espacio y las vistas son de calidad, el precio no sorprende.