Hoy me siento muy orgulloso de presentar esta receta tan tradicional, tan antigua, y tan buena.
¡Productos sencillos, dedicación y mucho amor!
Estarás toda la mañana en la cocina, pero tendrás la absoluta certeza de que este es el tipo de recetas que cocinaba tu abuela.
¡Y cuánta falta nos hace recuperar aquella cocina!
¡Aquel sacrificio, aquella lealtad a nuestro recetario, a nuestra cultura!
Si te gusta la cocina catalana y todo lo que esta representa, no puedes dejar de cocinar este plato.
Y con este paso a paso, más fácil no te lo puedo poner.
¿Te animas?
- 1 conejo cortado a trozos con el hígado
- 2 peras cortadas y peladas a cuartos
- 4 nabos cortados y pelados a cuartos
- Aceite de oliva virgen extra
- 3 tomates cortados a trozos
- 1 zanahoria picada
- hierbas aromáticas (laurel, tomillo, romero, orégano)
- 1 vaso de vino blanco
- 1/2 vaso de vino rancio
- 1 cucharada de harina
- 1 cebolla picada
- 1 cabeza de ajos entera
- 1 puerro picado
- Agua
- Pimienta negra
- Sal
Para hacer la picada:
- 2 galletas
- 50 g de chocolate negro
- Un puñado de almendras
- Un puñado de avellanas
- 1 diente de ajo pelado
- El hígado frito del conejo
- Un poco de perejil fresco
- Un poco del caldo de cocción del conejo
- Sal

Prepara toda la verdura.

Los nabos los puedes encontrar de diferentes tamaños. Todos te servirán.

Hay diferentes tipos de pera. Las de carne más dura aguantan mejor la cocción: conferencia, ercolina, etc. La que más te guste.

Corta el conejo a trozos grandes. Y no tires el hígado.

Empieza por salar y pimentar la carne.

En una cazuela con bastante aceite de oliva, o manteca de cerdo, o mezcla de ambos, dora la carne por los dos lados.

Mientras tanto, corta toda la verdura pequeña y los tomates a trozos.

Cuando la carne esté dorada, resérvala.

Aprovecha este aceite para hacer la verdura.

Pon toda la verdura menos el tomate ahora. Un poco de sal.

Aprovecha para remover la verdura y despegar todos los azúcares que han quedado de dorar la carne.

Ahora, incorpora el tomate y las hierbas aromáticas.

El orégano y la cabeza de ajos.

El vaso de vino blanco.

El vino rancio. Y deja evaporar el alcohol durante 10 o 15 minutos.

Ahora, incorpora una cucharada de harina.

Y agua hasta cubrir toda la carne. Déjalo cocer a fuego lento durante unos 30-35 minutos, o hasta que la carne del conejo esté blanda.

Mientras tanto, prepara la picada.

Trocea un poco el chocolate.

Ponlo dentro de un bote para triturar junto con las almendras, avellanas, galletas, un poco de perejil fresco, sal y un diente de ajo pelado.

Incorpora también el hígado frito del conejo.

Tira unos cucharones del caldo de hervir la carne dentro del bote, para facilitar el triturado.

Tritúralo bien fino y lo reservas.

En paralelo, pon a escaldar los nabos y las peras unos 5 minutos en agua hirviendo.

Y lo reservas.

Cuando no queme, pela las peras y saca las semillas del medio.

Pela y corta los nabos en tiras también.

Enharina los trozos de pera.

Y también los trozos de nabos.

Y lo fríes en una sartén con un poco de aceite.

Tiene que quedar todo dorado por ambos lados.

Lo reservas.

Cuando la carne de conejo esté blanda, retírala de la cazuela.

La reservas.

Pasa todo el resto por un colador o un pasapurés.

¡Paciencia!

Os quedará una mezcla concentrada y espesa.

Lo pasas todo a la cazuela de nuevo e incorporas la picada.

Seguidamente, añade el conejo.

También los nabos y las peras.

Rectifica de sal y deja que hierva junto unos 10 minutos más o hasta que la pera y los nabos estén blandos.

¡Pruébalo! Si no pruebas lo que cocinas... ¡no cocinarás nunca bien!

Una vez hecho. Apaga el fuego y deja que se enfríe.

Conviene dejarlo reposar, una noche, un día, unas horas. Lo puedes guardar en un tupperware y calentarlo el día siguiente.

Y prepárate para degustar Cataluña en tu boca. Búscate un vino que esté a la altura y.... a disfrutar de la vida!.
¡Una pasada de plato!
¡Buen provecho!