Nuevamente, la cocina me sorprende. Y es que no deja de hacerlo. Lo comento a menudo, lo sé, pero es que el recuerdo gustativo nos engaña más a menudo de lo que nos pensamos.
Finalmente, me he decidido a hacerlo y, como os decía al empezar, estaba completamente equivocado con el sabor: ¡este plato es exquisito! El arroz queda crujiente por fuera pero cocido de dentro, y coge un sabor extraordinario. Pero bueno de verdad, no lo digo por decir.
Si os pasa como a mí, no dudéis. Y es que cuándo alguna cosa se me cruza... me cuesta cambiar de opinión. Reconozco que soy un poco gilipollas para estas cosas, mira. Total, que aquí os dejo mi experiencia y mi recomendación. Un plato que no podéis dejar de probar.
200 g costilla de cerdo en dados
100 g tocino fresco
2 morcillas de cebolla
4 tomates maduros (uno grande)
2 patatas en rodajas
150 g de garbanzos cocidos
1 cabeza de ajos entera
una cucharadita de pimentón
250 g de arroz bomba
500 ml de caldo de pollo o verdura
aceite de oliva
azafrán
sal
VARIANTES:
Podéis poner agua directamente en lugar de caldo
Podéis poner todo el sobrante del cocido (ternera, gallina, pelota, garbanzos, etc.)
Preparad los ingredientes.
Poned a calentar una cazuela de barro.
Echad un buen chorro de aceite de oliva.
Colocad la cabeza de ajos.
Ahora, salad la carne y...
Añadidla a la cazuela.
Yo también pondré un poco de panceta.
Dejad que la carne se dore.
Mientras tanto, cortad el tomate grande en rodajas gruesas.
Pelad y cortad las patatas en rodajas.
Y rayad el resto de tomates.
Si queréis, añadid una cucharada de pimentón.
Dad la vuelta a la carne, que se haga bien por los dos lados.
Preparad los garbanzos cocidos.
Y poned a hervir el caldo. Como mínimo, el doble de cantidad del arroz.
La carne ya está al punto.
Reservadla junto con el ajo.
En el mismo aceite, poned a dorar las patatas.
Sólo hará falta que cojan un poco de color. No hay que cocerlas por dentro, eso ya lo hará el horno.
Las reserváis también.
Y finalmente, dorad un poco las morcillas. Yo las compro de cebolla y piñones.
Poco rato, vigilad no os revienten. Reservadlos también.
En el mismo aceite, poned un poco de azafrán.
Y echáis el tomate rayado.
Dejad que se haga a fuego bajo.
Tirad un poco de sal por encima del tomate.
Mientras, preparáis una taza de arroz por persona aproximadamente. En este caso serán cuatro.
Cuándo el tomate esté bien cocido, casi caramelizado, incorporad el arroz.
Removedlo durante un par o tres de minutos. Que el grano se impregne bien de los aromas.
A continuación, ya podéis añadir el garbanzo cocido.
Un poco más y...
Verted la carne y las patatas reservadas.
Distribuirlo bien dentro de la cazuela.
Seguidamente, verted el caldo hirviendo.
Ahora, poned por encima las morcillas.
El tomate en rodajas.
Y la cabeza de ajos en el medio.
Perfecto.
Ahora lo horneáis.
Tendrá que estar unos 25-30 minutos a unos 215-220 grados.
Pasado este tiempo, ya tendréis el arroz perfectamente cocido y bien sabroso.
¡Buen provecho!