Sí, sí. Este plato también merece un lugar en este blog. No ganará ningún premio a la receta del año, pero su sencillez no solo reside en la elaboración. Su sencillez también radica en saber estar cuando hace falta. Es de los únicos platos que siempre están allí, cuando por cuestiones de salud los necesitamos. Y eso es mucho más importante de lo que nos pensamos. Pensad un poco. Sin hacer demasiado ruido, el arroz hervido se ha mantenido generación tras generación. Y por algo será. Es un plato que ha dignificado muchos vientres... y de paso, muchas personas.
Siempre lo asociamos a estar enfermo... y es cierto, pero después de haber sufrido una gastroenteritis recientemente, lo he vuelto a probar y, sinceramente, el pobre tiene una fama inmerecida. ¡Y es que el arroz hervido está bueno! Claro, yo entiendo que comer arroz blanco hervido, sin nada más... Por eso os propongo una ligera variación que incorpora ajo, perejil y un poco de azafrán. El resultado es un arroz hervido un poco más sabroso.... que se puede comer estando y sin estar enfermo.
150gr arroz
750ml de agua
2 ajos pelados
unas ramas de perejil
unas hebras de azafrán
aceite de oliva virgen
sal
Variantes:
Podéis hervir, al mismo tiempo que el arroz, un trozo de pollo o de merluza.
Se puede añadir un tomate entero y una hoja de laurel
Lo podéis hacer con caldo de pollo o pescado
Preparamos los ingredientes.
Pesamos el arroz... y el agua, es importante.
Salamos el agua.
Y añadimos el azafrán también. Más que sabor... le aportará un colorete más atractivo que el blanco del arroz.
Cuando el agua hierva... añadid el arroz y dejadlo hacer unos 18 minutos aprox.
Como os he comentado, podéis incorporar a la cocción un trozo de pollo o de merluza, para enriquecer el plato. Todo dependerá de si os encontráis bien de la barriga o no.
Y ya lo podéis servir, con un chorrito de aceite de oliva por encima.
Es importante que quede bien regado con agua de cocción....ya que este líquido es realmente el que corta los problemas estomacales.
Cuchara, despacito y buena letra. ¡Buen Provecho!