Estamos de suerte, junto al mercado del Ninot los tres ex Gresca Carles Morote, Gemma López y Sergi Puig, después de pasar unos años en las cocinas del chef Rafa Peña, ya saben, el chef preferido de los gourmets locales, han abierto el Suru Bar, el local más clandestino de Barcelona, sin letrero, sin agencias y casi sin redes.

En el Suru quizás quieren ofrecer su cocina únicamente a los amigos pero eso será imposible


Aparco la moto al lado del mercado del Ninot, paso por delante del local varías veces, no encuentro la entrada, sin nombre, sin número, me encanta. Recuerdo cuando funcionaba el Pipa Club de la plaza Reial, no estaba anunciado en ningún sitio, no había letrero, el local era exclusivo para los pocos conocedores del tugurio, tenía un timbre blanco escondido al lado del marco de la puerta, te abrían observándote desde el balcón para ver si eras o no un habitual, subías las escaleras señoriales y al primer piso al cruzar la puerta te encontrabas en otro mundo, la sala llena de humo y la barra llena de gente, de fondo jazz en directo a unas horas y a un volumen que ahora sería inimaginable. En el Suru quizás quieren ofrecer su cocina únicamente a los amigos pero eso será imposible, la trayectoria del equipo, la cocina, el servicio y el vino lo harán del todo imposible.
Justo hace un mes que han abierto y el local está lleno un jueves al mediodía, indicio de que el éxito está asegurado y lo mejor para llegar, buena señal.

Sala Suru 2

Sala Suru / Foto: Víctor Antich


Pues eso, entro en el local y pregunto si estoy en el lugar correcto, la Gemma con una sonrisa me lo confirma y me acompaña a la barra. El local es alargado y ancho al final, la barra queda a la derecha. Delante de la barra la cocina con una actividad frenética pero silenciosa. La pared es de baldosa roja, lo primero que veo son las brasas, utilizan una robata, me explica Gemma, con piezas de cerámica para mantener el calor del carbón. Al lado los fuegos llenos de ollas haciendo hervor con sus fondos, muchas cacerolas arriba y abajo mientras Carles y Charly  van emplatando sin dejar de brasear todo tipo de productos.

Sala Suru

Sala Suru / Foto: Víctor Antich


La barra está pensada para comer, me gusta y es muy cómoda, la cuchara y el tenedor son tradicionales, el cuchillo,  japonés. Las estanterías llenas de libros y vinos, ni un cuadro colgando de las paredes, ni falta que hace. Sergi me ofrece un blanco del Penedès, Amós Bañeres, 100% macabeo, un vino muy sensual. Gemma me muestra la carta y me comenta que no tienen un menú como tal pero que me preparará uno a medida para probar cosas diferentes, vamos allá.

Empezamos con un puerro con tosazu, crema de tomates deshidratados y rabancitos, muy sabroso, bueno comienzo. El tosazu para los que no esteis al caso es una salsa japonesa hecha con vinagre fermentado.

puerro|porro con tosazu, crema de tomates deshidratados y ravenets

Puerro con tosazu, crema de tomates deshidratados y rabancitos / Foto: Víctor Antich


Continuamos con los ovillos a la brasa con humus de garbanzos, piñones y chicharrones de pollo, la combinación es muy refrescante y el toque ácido que persiste después de zamparte el plato lo proporciona la vinagreta de lima y la salsa de ostras. Es el turno de la brocheta de oreja de cerdo, calamar y pedrero de pollo, tengo que reconocer que el sabor del pedrero me tira un poco para atrás, pero comido en conjunto lo encuentro muy original, un sabor que no conocía.

ovillos a la brasa con humus de garbanzos, piñones y greixons de pollo

Ovillos a la brasa con humus de garbanzos, piñones y chicharrones de pollo / Foto Víctor Antich

En vicio, los extremos se tocan decía Santiago Rusiñol


Es la hora del vino tinto, abre la botella de Arbusto, un vino joven elaborado por Bodegas Frontio, D.O. Castilla y León. Sergi me sirve un dedo para que lo pruebe, fácil de beber, una sorpresa, me llena la copa, buen momento para recordar las palabras de Santiago Rusiñol: El que critica a los hombres, a los que el beber les hace daño, es señal que a ellos les hace daño la comida. En vicio, los extremos se tocan. Por cada uno que se muere de delirium tremens, se mueren diez mil de gastralgias. La ley seca del beber tendría que ser para los pobres, y la ley seca de la comida, para los ricos"

Alcachofa con acelga|pánfila, salsa de setas y butifarra de Perol

Alcachofa con acelga, salsa de setas y butifarra de Perol / Foto: Víctor Antich


Olvido comentar que todo lo que pruebo son medias raciones excepto la brocheta. Seguimos con la Alcachofa con acelga, salsa de setas y butifarra de Perol, se deshace en la boca, muy buena la salsa, sabor de boletus y alguna otra seta.
Es la hora del contramuslo de pollo con picadura de mano de cerdo y caldo de marisco, la gelatina de los pies le da la alegría necesaria al pollo mientras que el sabor del caldo casi imperceptible hace de vínculo entre el muslo y el cerdo, es uno obra de arte, mientras todavía me relamo se paraliza el mundo y suena en la sala En el amor todo es empezar de Raffaella Carrà, recordáis?:
Explota, explótame, expló
Explota, explota mi corazón

Perplejo estoy a punto de subirme a la barra para bailar la canción pero ya no tengo edad, las listas musicales pueden resultar diabólicas.

En el Suru ofrecen una cocina de sabores magistralmente elaborada


Y acabo con la Cabeza y tripa en escabeche, sensacional, el plato me hace revivir recuerdos, con un truco de prestidigitación nada fácil le sacan los complejos a los menores transformándolos en productos finos y elegantes.
En el Suru ofrecen una cocina de sabores magistralmente elaborada, una cocina de autor con toques asiáticos, donde el pollo y los menores juegan un papel relevante en formato yakitori (o no), pero también el producto de temporada.

Cremos de chocolate

Cremoso de chocolate / Foto víctor Antich


Acabo con uno cremoso de chocolate muy delicado, dejo la Tarta Alaska para la próxima visita, por cierto, hablando de postres no me quito de la cabeza la cata de pasteles de queso que nos ofreció el otro día Jon Cake para celebrar la inauguración de su nuevo local en Les Corts, soñé con ellos, quizás hoy soñaré que estoy bailando sobre la barra del Suru  comiendo una brocheta de piel de pollo con gambas y cantando:
Explota, explótame, expló
Explota, explota mi corazón