Seguimos dando vueltas por Apulia, visitando ciudades como Bari, Alberobello, Monopoli y Matera, pero instalados en la Masseria Agrituristica Lama San Giorgio como campo base para conocer la región. La masseria, en Italia, es una especie de lo que vendrían a ser nuestras casas rurales, pero con servicio de restaurante y de bar. Rodeada de viñedos con una uva a punto de estallar y preparada para vendimiar, es un sitio ideal para relajarse y descansar después de las excursiones diarias y, si conviene, darse un chapuzón en la piscina o jugar unas partidas de butifarra, comiendo unos bocadillos de mortadela con burrata o de pulpo, si se da el caso, y bebiendo, eso sí, un poco de grappa para ayudar a digerir.

Giuseppe Balestrieri en la Pescheria Nautilus

Pues bien, después de tres días en la Lama San Giorgio, hacemos las maletas para cambiar de zona e instalarnos en otra masseria, la Montelauro, ubicada en Otranto. Una maravilla rodeada de viñedos, jardines y árboles frutales, con una cocina excepcional que nos resuelve el tema de las cenas sin tener que pensar mucho y poder así dedicar el tiempo —entre otras cosas— a sacar malillas y cartas fuertes de nuestra butifarra.

La Pescheria Nautilus es propiedad de Giuseppe Balestrieri, que se encarga personal y diariamente de recorrer las lonjas de la región y conseguir el mejor pescado y marisco para ofrecérselo a sus clientes


Durante el trayecto, siguiendo nuestras previsiones, paramos en la maravillosa Pescheria Nautilus en la población de Ostuni. Debo decir que un mes antes vi publicada una story de la pescheria en cuestión por parte del reconocido chef Oriol Castro, del restaurante Disfrutar, y, claro, pensé que era un lugar ideal para ir con los amigos. Así que, dicho y hecho, reservamos mesa aquel mismo día para asegurar el tiro.
Mientras aparcábamos la furgoneta, ya se nos hacía la boca agua, porque la pescheria ocupa toda la esquina del edificio y desde el exterior ya se puede ver el pescado cómo se mueve. Nos recibió el propietario y pescadero Giuseppe Balestrieri, que se encarga personal y diariamente de recorrer las lonjas de la región y conseguir el mejor pescado y marisco para ofrecérselo a sus clientes.

Ostras y erizos de mar. Pescheria Nautilus / Foto: Víctor Antich

Una vez dentro de la tienda y con una sonrisa de oreja a oreja, hipnotizados por lo que estábamos viendo, prestamos especial atención a las explicaciones del pescadero. Nos ofrecía bogavantes y langostas salvajes, mejillones, almejas, ostras de Bretaña y de Normandía, pulpo, erizos de mar, lenguados, calamares, doradas, rodaballos, lubinas, atún y dentones. Creo que no me olvido nada y, como veis, había pescado para parar un tren. Obedientemente, seguimos sus recomendaciones y escogimos un poco de todo.

Gambas y cigalas. Pescheria Nautilus / Foto: Víctor Antich

Pero, ¿cómo funciona realmente la cosa en la fantástica Pescheria Nautilus? Pues es muy sencillo: primero, tú eliges el pescado y el marisco bien fresco del mostrador. Hay signos que nos permiten identificar que, efectivamente, nos encontramos ante un producto fresco, como los ojos brillantes o las agallas bien rojas, aunque —ya os digo— aquí será imposible equivocarse.
Una vez que has elegido el producto, lo pagas a peso en la pescheria y ellos mismos se llevan tu pedido al restaurante de al lado, propiedad también de Giuseppe Balestrieri, para que te lo cocinen como tú quieras, escogiendo el punto de cocción y si va o no va acompañado de pasta.

Bogavante con espaguetis. Pescheria Nautilus / Foto: Víctor Antich

En nuestro caso, nos zampamos unas ostras de Bretaña y unos erizos de mar sin pasar por la cocina, y al mismo tiempo nos tomábamos un vinito bien fresquito, concretamente un Cesari Centofilari, de la región del Véneto, elaborado con la variedad pinot grigio.
A continuación, nos trajeron una bandeja repleta de gambas y cigalas que estaban excepcionales, aunque demasiado cocinadas para mi gusto, de la que dimos buena cuenta antes de que llegara el bogavante salvaje a la brasa acompañado de espaguetis.

Dentón. Pescheria Nautilus / Foto: Víctor Antich

Como colofón, un dentón de más cuatro kilos hecho al horno, con aceite, limón y aceitunas. En definitiva, una comida para recordar. La Pescheria Nautilus quizás sea la pescadería más importante de Italia. No encontrarás nada parecido en todo el país. Por eso es una parada obligatoria para todos aquellos que visitéis Apulia. Os la recomiendo.