No hay plato que su sabor esté más relacionado con el verano que el gazpacho. Su éxito es rotundo y no hay modas que logren desbancarlo de los preferidos. Y es que son muchos los motivos por los que esta sopa fría está siempre entre los más platos más consumidos cada verano. El primero el que es una preparación fácil y que, además, puedes prepararla con tiempo y tener siempre una jarra fresquita en la nevera. Otro motivo es precisamente ese, el que se consume frío y es sumamente refrescante, ideal para los días más calurosos.

También podemos añadir que es muy saludable, ya que se trata de una sopa a base de diferentes hortalizas. Por último, destacar que admite multitud de variaciones para adaptarse a tus gustos. Y aquí tienes algunas ideas para que puedas elegir:

1. El clásico

La receta andaluza, de donde el gazpacho es originario, es a base de tomate (los de pera dan el mejor resultado), pimiento, un poco de pan duro, ajo, aceite, vinagre y sal. Para rematar, puedes añadir un pepino muy picado justo antes de consumirlo. La cantidad de agua varía según lo quieras tomar más ligero, para beber, o más contundente y degustarlo con cuchara.

2. De remolacha

Si buscas opciones económicas, añadir remolacha es una buena idea. Su precio ronda el euro y medio el kilo y aporta un color tan diferente que enamora a primera vista. Para su elaboración primero debes cocerla y, a la hora de calcular la cantidad, sustituye parte del tomate por remolacha al gusto.

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Foto: Pixabay

3. Picante

Esta es una buena opción si te gusta el gazpacho ligero, para beber. Al añadir más agua, logras más cantidad con las mismas hortalizas (más barato) pero pierdes parte del sabor. Con unos rabanitos picantes lograrás subir varios puntos el sabor y darle un toque muy especial.

4. De sandía

A medio camino entre un aperitivo y un postre, este es uno de los gazpachos con mejor acogida, sobre todo por niños o por esas personas que dicen que no les gustan las verduras o los sabores intensos. Para hacerlo más suave, elimina el ajo y si buscas una opción más refrescante todavía, unas hojas de hierbabuena marcarán la diferencia.

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5. Amarillo

Otra opción ideal para “engañar” a los más reacios es darle un color diferente y original y el amarillo en muchas ocasiones enamora. El truco es añadir poco tomate y mucho pimiento amarillo. Para darle un toque dulce añade maíz. Querrás repetir, seguro.

6. De zanahoria

Una de las versiones más económicas es la que incorpora la zanahoria entre sus ingredientes. Con esto no solo ahorras tomates (que es el ingrediente más caro) también logras darle más consistencia y que sea un plato más saciante. Si quieres darle un extra de sabor añade también cebolla, pepino e incluso un poco de apio.

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7. Con almendras

Y puestos a encontrar una opción que llene el estómago y que sea un entrante contundente, esta versión con almendras conseguirá llenar la barriga de los más comilones (una forma muy eficaz de economizar el menú diario). Reduce el tomate, elimina el pan y completa con uvas (sin semillas). Una versión diferente, pero muy sabrosa.

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