Catalunya está llena de buenos restaurantes de cocina casera catalana. El desayuno es el mejor momento para disfrutar de estos templos, y si vamos hacia el norte, en las profundidades de las tierras de Girona, encontraremos un restaurante que hace el mejor desayuno del Alt Empordà. Tierra de tramontana y gente simpática, el Empordà es una comarca donde el desayuno es una religión. Por esta razón, desde esta columna mensual —y desde la cuenta @esmorzarsdeforquilla.cat— os acerco lugares icónicos donde probar esta comida nuestra que borra los brunch de nuestro país.
Hoy visito el municipio de Vilajuïga, en el Alt Empordà, para probar los magníficos platos del Racó de la Vila. Se trata de un restaurante ubicado en el centro cívico del pueblo y regentado por Carlos y Sílvia, dos apasionados por la buena gastronomía que hace 5 años que empezaron el proyecto. Un proyecto que ha crecido gracias al boca a oreja y al trabajo bien hecho.

El Racó de la Vila es un templo de los desayunos, pero también es un local donde ir a comer y a cenar. Con una cocina muy pequeña, Carlos, cocinero del restaurante, prepara diferentes platos de tapas para los comensales. Por su parte, Sílvia, que tiene muy buena mano con el público, es la encargada de la sala y de los vinos. Un tándem comida-trato que hace que la experiencia en Vilajuïga sea excelente.

Pero además de tapas, Carlos también hace unos platos caseros para desayunar de primera categoría. Para empezar este festín pruebo el pato asado, una pasada de plato delicioso. Sigo con la butifarra de perol y judías, una dosis de cocina catalana en vena que me hace la boca agua. La fama de la butifarra de perol del Racó de la Vila es mítica, y puedo asegurar que es merecida.

Continúo el desayuno con unas manitas de cerdo con tripa y boletus, una de las especialidades de la casa. Los guisos de Carlos, además de estar hechos con producto de máxima calidad, se sirven siempre al día siguiente de hacerse. No sirve nunca guisos hechos el mismo día; siempre los deja descansar hasta el día siguiente porque quedan mejores.

Para acabar esta comida de primera división, pruebo la manzana al horno con miel y requesón y nueces, una delicia ampurdanesa que no se ve muy a menudo en los restaurantes. Uno de los objetivos de Carlos y Sílvia es ofrecer platos únicos que no se encuentran en otros sitios. Es una de las cosas que hacen único El Racó de la Vila. Otros platos singulares del local son los pies de cordero o los lechales de ternera. Para acompañar la comida, el restaurante tiene una carta de vinos con la mayoría de referencias del territorio.