Hacer una pizza casera de verdad, de las que te transportan a una trattoria italiana, no es solo cuestión de ingredientes. La técnica, sobre todo a la hora de estirar la masa, marca la diferencia entre una pizza mediocre y una con alma napolitana. En Instagram, el chef @gonzalodacovich, también conocido por su cuenta especializada @metodo.dacovinch, ha compartido lo que él considera la forma perfecta de estirar una masa de pizza. Y cuando lo dice alguien con tanta experiencia y pasión, uno escucha. Porque no solo habla de cómo trabajar la masa, sino de algo aún más importante: entender por qué se hace así. El borde de la pizza, por ejemplo, no es solo un adorno estético, sino una parte funcional que sirve para contener los ingredientes y evitar que la salsa y el queso se desborden, estropeando la cocción. Puede variar en tamaño, claro, pero lo importante es que esté ahí. Y lo que realmente diferencia una pizza bien hecha de una que no lo está es precisamente eso: el respeto por los detalles.
La técnica perfecta para estirar la masa de pizza
En su vídeo, Gonzalo muestra con claridad cómo hay que tratar la masa con cuidado, empezando por marcar un borde bien definido alrededor de la masa ya redondeada. Esa zona no debe tocarse, porque ahí está la magia: es donde se forma la cornisa que hará que nuestra pizza no solo sea sabrosa, sino también equilibrada. A continuación, con unos pocos movimientos firmes, aplasta suavemente el centro de la masa sin llegar al borde opuesto, en apenas tres o cuatro golpecitos. Después se da la vuelta a la masa y se repite el mismo proceso, siempre evitando aplastar los bordes. Con la mano derecha marca la parte izquierda de la masa, y con la izquierda, la parte derecha. Es un proceso rítmico, casi hipnótico, que no solo estira, sino que preserva la estructura del borde. Cuando el diámetro ya permite meter la mano abierta en el centro de la masa, llega el momento de pasar a la segunda etapa: la masa se eleva sobre el puño de una mano y se estira suavemente con el puño contrario, de forma alternada. Es un movimiento clásico, que requiere práctica, pero que cuando se domina, permite obtener una base fina, uniforme y lista para recibir los ingredientes.
Si la masa no te sale perfectamente redonda, forma parte del encanto, según el chef
Además, esta forma de estirar la masa no solo respeta la tradición, sino que también mejora el resultado final en el horno. Una masa correctamente trabajada tiene mejor cocción, genera burbujas aireadas en el borde y logra una base crujiente sin perder elasticidad. Al no manipular en exceso los extremos, el gas acumulado durante la fermentación se mantiene, lo que da lugar a ese borde característico tan buscado por los amantes de la pizza. Estirar con técnica no es solo cuestión de forma, sino de textura y sabor, y como nos recuerda Gonzalo, cada imperfección cuenta la historia de unas manos que han sabido trabajar con respeto un alimento tan simple y a la vez tan especial.
¿Y si no te sale perfectamente redonda? Pues no pasa nada. Como dice el propio chef, eso también forma parte del encanto. La imperfección no es un error, es una señal de que estás ante un producto hecho a mano, con técnica, con mimo y con personalidad. Porque lo artesanal se nota… y se saborea.