La Navidad es mucho más que una fecha marcada en el calendario: es un ritual colectivo, una excusa perfecta para volver a casa, sentarse alrededor de la mesa y repetir gestos que se transmiten desde hace generaciones. En España, esta celebración se vive de forma intensa, pero también profundamente diversa, porque cada territorio ha construido su propio imaginario gastronómico navideño. Aunque productos como el marisco, el jamón, los quesos o el turrón aparecen de manera recurrente en casi todas las mesas, basta con viajar unos pocos kilómetros para descubrir costumbres, platos y ritmos completamente distintos. En este contraste destaca especialmente Catalunya, donde la Nochebuena y la Navidad tienen un guion culinario propio que la diferencia claramente del resto del país.

Qué se come en Nochebuena y Navidad en Catalunya versus el resto de Espanya

En la mayoría de comunidades españolas, la Nochebuena suele girar en torno a una cena abundante, con protagonismo del pescado, el marisco y los grandes asados. Besugos al horno, gambas, langostinos, corderos o cochinillos se repiten con pequeñas variaciones según la región, acompañados de sopas más o menos ligeras para entrar en calor. La Navidad, al día siguiente, refuerza esta lógica con carnes nobles, platos contundentes y sobremesas largas en las que los dulces tradicionales y los licores cierran el festín. Es una estructura compartida por buena parte de Andalucía, Castilla, Galicia, Madrid o La Rioja, donde el menú se entiende como un despliegue de producto y abundancia.

El cordero asado es plato típico de Nochebuena en casi toda España / Foto: Unsplash

En Catalunya, sin embargo, el relato es distinto y está marcado por una secuencia muy concreta. El día de Navidad empieza y prácticamente se define por la escudella i carn d’olla, una sopa de galets que funciona como eje central del encuentro familiar. No es solo un primer plato, sino una auténtica institución, un símbolo de cocina de invierno y de mesa compartida. La carne hervida, las verduras, los garbanzos y la pilota se sirven después, prolongando el ritual. El cava, las neules y los turrones completan una comida que se alarga sin prisas.

En Catalunya la escudella i carn d'olla es una auténtica institución

La singularidad catalana se refuerza aún más el 26 de diciembre, día de Sant Esteve, cuando aparecen los canelons, tradicionalmente elaborados con las sobras de la carn d’olla del día anterior. Este aprovechamiento culinario, convertido en tradición, no tiene equivalente en el resto de España y define una forma muy concreta de entender la cocina festiva. Mientras en otros territorios la Navidad es repetición de platos estrella, en Catalunya es continuidad, memoria y transformación.

Comida Navidad / Foto: Unsplash

Eso no significa que la mesa catalana sea impermeable a influencias externas. La llegada histórica de familias de Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha ha enriquecido el recetario navideño, incorporando productos y platos que hoy conviven con naturalidad. Aun así, la escudella, los canelons, el cava y los dulces clásicos siguen marcando una identidad propia. Al final, más allá de comparaciones, la Navidad en España se entiende mejor como un mosaico gastronómico, donde cada territorio celebra a su manera, pero todos comparten la misma idea: comer juntos para celebrar que estamos juntos.