Pocas cosas evocan mejor el verano que una cerveza bien fría. En España, esta bebida ocupa un lugar muy destacado en nuestra cultura gastronómica, especialmente en las reuniones sociales, las terrazas y los momentos de ocio. Según datos de la Asociación de Cerveceros de España, el consumo medio supera los 50 litros por persona al año, lo que refleja la fuerte presencia de esta bebida en nuestro día a día. Aunque en los últimos tiempos ha bajado ligeramente el consumo por factores como el encarecimiento o cambios de hábitos, cada vez ganan más terreno las versiones sin alcohol, las cervezas artesanas y otras opciones más saludables y sostenibles. Pero, ¿qué pasa realmente en tu cuerpo si decides beber cerveza todos los días?
Lo que le ocurre a tu cuerpo si bebes cerveza cada día
Según expertos en nutrición como Cristina García Ferreira, portavoz del equipo de Hello Fresh, un consumo moderado de cerveza puede tener algunos efectos positivos. Por ejemplo, gracias a sus antioxidantes, puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular, aumentando el colesterol bueno (HDL) y reduciendo la inflamación. Además, la cerveza, sobre todo la oscura, contiene silicio, un mineral que ayuda a fortalecer los huesos. También aporta fibra soluble, que favorece la digestión y ayuda a regular el tránsito intestinal.

Desde el punto de vista nutricional, la cerveza también ofrece vitaminas del grupo B, como la B6, la B12 o el ácido fólico. En algunos casos, incluso puede tener un efecto relajante que ayuda a reducir el estrés después de un día largo. Y no hay que olvidar su leve efecto diurético, que podría ayudar a prevenir la formación de piedras en el riñón. Además, pese a la creencia extendida, una cerveza ocasional no engorda necesariamente, siempre que se mantenga dentro de un consumo razonable.
Una cerveza ocasional no engorda necesariamente
Sin embargo, si beber cerveza se convierte en una rutina diaria sin control, los efectos pueden ser muy perjudiciales. Los médicos recomiendan no superar una cerveza al día en mujeres y dos en hombres, ya que sobrepasar esta cantidad puede provocar daño hepático (como hígado graso o cirrosis), aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, causar problemas digestivos como úlceras o gastritis y favorecer la obesidad. También se ha relacionado el consumo excesivo con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como los de boca, hígado o mama, así como con alteraciones del sueño, debilitamiento del sistema inmunológico y un aumento de la resistencia a la insulina, lo que podría derivar en diabetes.

Por lo tanto, la cerveza no tiene por qué ser enemiga de la salud si se consume con responsabilidad. Pero si la tomas cada día sin medida, tu cuerpo acabará pasando factura.