Pocas cosas nos transportan tan rápido a la infancia como un bol de fresas con nata. Es uno de esos sabores que evocan tardes de primavera, meriendas al sol y recetas sencillas pero inolvidables. Y aunque la combinación clásica sigue funcionando, hay un truco casi mágico que puede hacer que ese postre de toda la vida sepa aún mejor. ¿El secreto? Añadir un toque de vinagre de Jerez. Sí, has leído bien. El reconocido chef José Andrés ha revelado en sus redes sociales este ingrediente inesperado que potencia el sabor natural de las fresas como pocos otros.
El ingrediente secreto que hace más sabrosas las fresas
La clave está en combinar el vinagre con un poco de azúcar: el resultado es una mezcla que realza el jugo de la fruta, intensificando tanto el dulzor como la acidez de forma equilibrada. Según el chef, la acidez del vinagre resalta el sabor de las fresas y, al unirse con el azúcar, forma una especie de almíbar natural que despierta matices que normalmente pasan desapercibidos.

Para que este truco funcione, eso sí, es importante utilizar un vinagre de calidad. José Andrés recomienda un vinagre de Jerez seco Reserva, con acidez suave y notas aromáticas de vainilla y madera. No es necesario usar grandes cantidades: unas gotas bien distribuidas bastan para transformar un postre sencillo en una delicia llena de profundidad.
La clave está en combinar el vinagre con un poco de azúcar
Este truco cobra aún más sentido si tenemos en cuenta que la temporada de las fresas en España va de febrero a junio, siendo larga y especialmente destacada la producción en la provincia de Huelva, y más concretamente en lugares como Palos de la Frontera. Se trata de una fruta local, rica en vitamina C, con más contenido de esta vitamina incluso que las naranjas. Eso sí, también es muy delicada: conviene consumirla pronto para que no se estropee.

Y si quieres llevar esta receta un paso más allá, el chef propone un tercer ingrediente sorprendente: tomillo fresco. Esta hierba, habitualmente usada en platos salados, añade un giro aromático al postre que lo convierte en algo único. El contraste entre el dulzor de la fruta, la acidez del vinagre y el frescor herbáceo del tomillo da como resultado una combinación equilibrada, compleja y tremendamente evocadora. Puedes dejar que las fresas maceren con el vinagre, el azúcar y el tomillo durante unos minutos, o preparar un almíbar ligero a fuego lento con esos tres ingredientes y verterlo sobre la fruta justo antes de servir. En ambos casos, el resultado es espectacular.