En los bares y restaurantes, el trabajo de quienes están detrás de la barra o atendiendo mesas no es nada sencillo. Se requiere una gran dosis de paciencia, sacrificio y contención emocional, porque cada jornada es una auténtica montaña rusa: hay clientes que agradecen el servicio con una sonrisa y otros que, por el contrario, descargan su mal humor en quienes los atienden. En medio de este contexto, hay una frase que los trabajadores de la hostelería aseguran no soportar más: "El cliente siempre tiene la razón". Un lema que durante años se ha repetido como si fuera una verdad universal, pero que hoy muchos camareros consideran injusto, desgastante y, sobre todo, completamente falso.
La frase que hay que dejar de decir en bares y restaurantes
Una trabajadora llamada Mari Luz Herrera ha puesto voz a este sentimiento en un vídeo que se ha vuelto viral en TikTok. Con un tono directo y liberador, comienza diciendo que necesitaba soltar lo que llevaba guardado tras años de aguantar malas formas. Y lo hace cargando contra esa expresión que tantas veces ha servido de escudo para quienes creen que pagar una cuenta les otorga carta blanca para tratar mal a los demás. "Por favor, señores, el que inventó la frase de que el cliente siempre lleva razón se coronó", dice, con ironía y cansancio. Porque no, los clientes no siempre tienen razón, y el abuso verbal y la falta de respeto son mucho más frecuentes de lo que algunos imaginan.
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Herrera recalca que en la hostelería, como en cualquier sector, hay trabajadores con más don de gentes y otros más serios, pero eso no justifica que ciertos clientes se comporten de manera maleducada, prepotente y ofensiva. Y lanza una crítica contundente: muchos piensan que, por gastarse veinte euros, tienen derecho a gritar, humillar o descargar su frustración en quien les atiende. La realidad es que pagar por un servicio nunca debería ser sinónimo de poder faltar al respeto, y menos aún cuando detrás de cada bandeja o cada comanda hay una persona que trabaja bajo presión constante.
Detrás de cada bandeja y cada comanda hay una persona que trabaja bajo presión constante
La situación se agrava con el fenómeno de las reseñas en Internet, que han cambiado por completo las reglas del juego. Antes, un cliente descontento solo podía quejarse al encargado, pero ahora basta con dejar una mala valoración en Google o Tripadvisor para dañar la reputación de un local. Y lo peor, según Mari Luz, es que muchas de esas críticas son exageradas o directamente falsas, aunque algunos empresarios todavía las tomen como verdades absolutas. Esto genera un círculo vicioso en el que los camareros sufren el maltrato en el momento y después el miedo a lo que se escriba en la red, convirtiendo su trabajo en una carga psicológica que va más allá del cansancio físico.

El trasfondo de esta denuncia es claro: la hostelería vive una crisis profunda. A los bajos salarios y a las jornadas interminables se les suma la creciente falta de respeto de parte de los clientes, que erosiona la vocación de quienes un día eligieron este oficio. "Por eso la gente no quiere trabajar en hostelería", resume Herrera, reflejando la frustración de miles de trabajadores que sienten lo mismo. Cuando concluye su vídeo con un "Lo tenía que decir y lo he dicho", no habla solo por ella, sino por toda una generación de camareros que están cansados de sonreír mientras soportan actitudes que nadie debería normalizar.