Liliana nació en Barcelona y Esteban en Rosario, Argentina. Una estudió sociología en la UB y trabajó en la UGT, y el otro hizo todos los papeles de los aleluyas —pero sobre todo de periodista— cuando llegó a Catalunya en el 2002 huyendo del corralito. Los azares de la vida los llevaron a vivir en el mismo edificio de Gràcia donde se conocieron como vecinos con las respectivas parejas. En 2011 ninguno de los dos tenía trabajo fijo y los dos matrimonios se encontraron para pensar juntos qué podían ingeniarse. De la pasión por la leche de almendras y la cocina en general, de un trabajo como copy para Almendrola y de la voluntad clara de no dedicarse a nada que tuviera que ver con el turismo, acabaron decidiendo abrir una tienda de alimentos a granel, porque en Gràcia solo había una.

Al gra: una tienda de alimentos a granel para cuidar el barrio de Gràcia

Y así en el 2012 nació Al gra después de tres meses de buscar local, tres meses de obras y la aportación desinteresada de mobiliario familiar (fijaos qué de buen ver tiene el precioso mueble de farmacia que destaca entrando a mano izquierda). Enseguida se hicieron famosos por sus avellanas de Reus, las almendras, los risottos y las legumbres de calidad, y los profesionales del sector empezaron a comprar (del Mercat de la Llibertat, de Llegums Ponsa, Mònica Escudero) mientras los vecinos más espabilados también se apresuraban a ir. Con mucha dedicación y búsqueda han conseguido llegar a las 1.000 referencias y se han convertido en el sitio donde tienen todo lo que se escapa de la norma —que era lo que Liliana tenía como objetivo.

Alimentos, tienda a granel, tarros de cristal / Foto: Martí Sales
El exterior de la tienda Al Gra y su lema “en el grano, del saco en el plato” / Foto: Martí Sales

Esteban me explica que lo que los distingue es la experiencia de compra. Yo, que no estoy muy acostumbrado a esta terminología, entiendo que se debe referir a aquello que decimos buen trato: alguien que te escucha, alguien por quien antes que cliente eres persona y puedes establecer un vínculo. Por ejemplo, si nada más has descubierto el bulgur (trigo escuadrado) y no sabes qué hacer, en un abrir y cerrar de ojos, Esteban te explicará una receta de kibbe: tus familiares y amigos saldrán directamente beneficiados.

Enseguida se hicieron famosos por sus avellanas de Reus, las almendras, los risottos y las legumbres de calidad, y los profesionales del sector empezaron a comprar

Alimentos, tienda a granel, tarros de cristal / Foto: Martí Sales
Todos los alimentos a granel de la tienda y sus tarros de cristal / Foto: Martí Sales

Empezaron preguntando a los mayoristas del Born y en trece años han aprendido muchísimo: hacen apología de la formación continua porque saben que siempre hay campo para correr (no es lo mismo la judía de Santa Pau que la de Michigan). En una Barcelona infestada de franquicias impersonales, vale la pena frecuentar una tienda a granel familiar y de confianza como la suya.