A veces los mejores trucos de cocina llegan cuando menos lo esperas, y eso es exactamente lo que le ha pasado a @alvarolinaresoficial, un creador de contenido que se ha hecho viral en Instagram por revelar el método definitivo para saber si una patata es buena para freír. Con humor y sorpresa, explica que se enteró de este truco a los 40 años, después de toda una vida cocinando sin saberlo. Su vídeo se ha convertido en uno de los más comentados porque resuelve, de una forma sencilla y visual, una duda que todos tenemos alguna vez en la cocina: cómo elegir la patata perfecta para conseguir esas frituras doradas, crujientes por fuera y tiernas por dentro que tanto nos gustan.
Cómo saber si una patata es buena para freír
El procedimiento no puede ser más fácil. Lo primero es coger una patata sin pelar, con su piel intacta, y cortarla por la mitad con un cuchillo limpio. Luego, simplemente se juntan las dos mitades recién cortadas, de forma que la superficie húmeda de una toque la otra. Aquí viene la magia: si las dos mitades se quedan pegadas entre sí y aguantan un buen rato sin despegarse, incluso cuando giras la patata boca abajo, eso significa que esa patata es perfecta para freír. Si, en cambio, se despegan enseguida, mala señal: esa patata no tiene suficiente almidón, y el resultado será una fritura blanda, sin textura y con exceso de aceite.
Lo que explica este truco es pura ciencia de cocina. Las patatas que “se pegan” son las que tienen más almidón y menos agua, una combinación ideal para lograr una fritura crujiente. Por eso, las variedades como Agria, Kennebec o Monalisa suelen ser las más apreciadas para freír, mientras que otras más húmedas, como las nuevas o las de piel muy fina, resultan más adecuadas para cocer o para purés. En palabras del propio Álvaro, “la patata se delata sola: si aguanta el equilibrio, también aguantará bien el aceite caliente”.
Si la patata aguanta pegada a la otra mitad, también aguantará el aceite caliente
Más allá del truco, el vídeo transmite esa sensación de aprendizaje cotidiano que tanto gusta en redes. Es uno de esos momentos en los que uno piensa: “¿cómo no lo sabía antes?”. Y es que el gesto de cortar, juntar y comprobar tiene algo casi hipnótico, una mezcla de curiosidad y satisfacción instantánea al ver cómo las mitades resisten. Así que ya lo sabes: antes de ponerte a pelar y freír, haz la prueba del corte. Si tu patata pasa el test y se mantiene unida, puedes estar tranquilo: tus patatas fritas saldrán de diez, con ese punto dorado y crujiente que convierte un plato sencillo en un auténtico placer.
Este tipo de consejos son los que demuestran que la cocina tradicional todavía tiene mucho que enseñarnos, incluso en la era de los tutoriales y las recetas rápidas. No hace falta ningún utensilio especial, ni termómetro, ni ingredientes secretos: basta con una patata y un cuchillo. Álvaro insiste en que lo importante es volver a observar los alimentos, entender cómo se comportan y reconocer su calidad con los sentidos. Una buena patata, dice, ya te avisa de lo que vale antes incluso de tocar la sartén. Quizás ahí está la verdadera lección detrás de este truco viral: cocinar bien no siempre es cuestión de técnica, sino de aprender a escuchar a los ingredientes.
