Hacer galletas de la fortuna en casa es uno de esos pequeños experimentos culinarios que sorprenden por lo fáciles que son y por el enorme efecto que producen cuando las sirves. No solo son dulces, crujientes y deliciosamente ligeras, sino que además contienen ese elemento mágico que convierte cualquier comida en un momento memorable: un mensaje secreto. En la cuenta oficial de Instagram de @cicili.tv, su creadora comparte una receta que demuestra que estas galletas tan icónicas no son terreno exclusivo de los restaurantes asiáticos. Con muy pocos ingredientes, un poco de práctica y algo de rapidez al moldearlas, cualquiera puede preparar una tanda casera que dejará a todos con la boca abierta y, probablemente, con una sonrisa inesperada.
Cómo hacer galletas de la fortuna en casa
La cocinera explica que la clave de este dulce está en trabajar con una masa fina y fluida, y en aprovechar el pequeño instante en el que las galletas salen del horno: ese momento mágico en el que aún están flexibles, tibias y ligeramente chiclosas, lo que permite doblarlas en la clásica forma de media luna sin que se rompan. Si se dejan enfriar demasiado, se vuelven rígidas; si se doblan antes de tiempo, se pueden quebrar. Pero siguiendo sus indicaciones y usando el borde de una copa de cristal como herramienta principal de moldeado, el proceso se vuelve sorprendentemente sencillo, incluso para quienes nunca han hecho repostería.

Ingredientes para unas 10 galletas:
- 2 claras de huevo grandes
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 4 cucharadas de mantequilla derretida
- 1/2 taza de harina
- 1/2 taza de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2 cucharadas de agua
Preparación de la receta:
Para preparar la masa se mezclan primero las claras de huevo con el extracto de vainilla, batiendo ligeramente hasta que se integren. Después se añade la mantequilla derretida y se sigue mezclando hasta obtener un líquido homogéneo. A continuación se incorporan la harina, el azúcar y la sal, removiendo bien para evitar grumos, y finalmente se agregan las dos cucharadas de agua, lo que dará a la mezcla esa textura fluida tan característica. Con la masa lista, se forman pequeños círculos sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, procurando que queden finos y uniformes.
Se hornean durante 10 minutos a 177 °C, hasta que los bordes estén ligeramente dorados, pero el centro siga flexible. Al sacarlas del horno, se coloca rápidamente el mensaje en el centro de cada galleta, se doblan por la mitad y luego se curvan usando el borde de una copa para darles su forma tradicional. En unos segundos, al enfriarse, quedarán crujientes, aromáticas y listas para sorprender con cada frase escondida.
Si las dejamos enfriar demasiado, se vuelven rígidas; si se doblan antes de tiempo, se pueden quebrar
Estas galletas no solo son un capricho casero delicioso, sino también una forma divertida de añadir un toque de misterio, humor o ternura a cualquier comida especial. Ideal para cenas con amigos, celebraciones familiares o simplemente para disfrutar creando un dulce con alma propia.