Hacer dulce de leche en casa parece, para muchos, una misión imposible reservada únicamente a los argentinos, pero lo cierto es que no hace falta nacer en Buenos Aires ni tener ascendencia rioplatense para conseguirlo. La creadora de contenido catalana @croequetadexocolata nos demuestra en su cuenta de Instagram que cualquiera, con un poco de paciencia, puede preparar este manjar tan famoso y querido en todo el mundo. En su vídeo nos enseña que el secreto no está en una técnica complicada, sino en el tiempo que se dedica a la cocción y a la constante atención al remover. Con unos pocos ingredientes y mucha constancia, se consigue un resultado cremoso, dulce y perfecto para acompañar postres, untar en tostadas o incluso comer a cucharadas. Y lo mejor es que esta receta tiene un nombre precioso en catalán: almívar de llet, un término que conecta con la tradición y le da un toque aún más especial.
Cómo hacer dulce de leche
Lo interesante de esta propuesta es que rompe con la idea de que el dulce de leche solo se puede disfrutar comprándolo ya preparado o viajando hasta Argentina. En realidad, el método es tan sencillo que incluso puede convertirse en una receta ideal para preparar en familia, donde todos aporten su granito de arena removiendo la olla. Además, el hecho de hacerlo en casa garantiza un resultado mucho más natural, sin aditivos ni conservantes, y con el plus de haberlo creado tú mismo, lo que le da un valor añadido tanto en sabor como en experiencia.

A continuación, detallamos los ingredientes para el dulce de leche casero y el paso a paso de la receta.
- 1,5 litros de leche entera
- 330 gramos de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 kilo de paciencia
El procedimiento es mucho más sencillo de lo que parece, aunque exige una virtud poco común en la cocina: remover constantemente. Se comienza mezclando la leche con el azúcar, la sal y el bicarbonato en una olla amplia. Desde el primer momento es importante mantener el fuego bajo y no dejar de mover con una cuchara de madera, ya que este gesto es el que evita que la mezcla se pegue o se queme. Aproximadamente a mitad de la cocción notarás algo curioso: la preparación adquiere la textura y el aspecto de una leche condensada casera, pero aquí no termina la receta. La verdadera magia empieza cuando se sigue removiendo y el color va cambiando poco a poco, pasando del blanco cremoso a un tono dorado y, finalmente, a ese marrón brillante tan característico del dulce de leche.
Exige una virtud poco común en la cocina: remover constantemente
El tiempo es relativo, depende del fuego y del recipiente, pero lo que nunca puede faltar es la paciencia. Como dice la creadora, uno de los ingredientes más importantes es precisamente ese: tener calma y no abandonar la olla. Una vez se alcanza la textura deseada, basta con retirarlo del fuego y guardarlo en los recipientes que prefieras. Al enfriarse, el dulce de leche se oscurecerá un poco más y quedará con una densidad perfecta para untar o rellenar.
Este dulce de leche casero es un ejemplo claro de cómo la tradición puede cruzar fronteras y convertirse en un placer accesible para todos. No hace falta ser argentino para disfrutarlo: solo ganas, azúcar, leche y el toque secreto que da el tiempo. ¿Te animas a intentarlo en casa?