Raviolis, tortellini, agnolotti, cappelletti, espaguetis, penne rigate, rigatone al huevo, tagliatelle al huevo o al nero, macarrones, espirales y un largo etcétera que costaría acabar. La pasta es sensacionalmente infinita y deliciosa. Sencilla de cocinar, una de las recetas que primero aprenden los más pequeños de la casa para sobrevivir y salir del paso. Además, la puedes combinar con salsas variadas, de todos los colores y gustos. En definitiva, la pasta es una maravilla. Ahora bien, dentro de este exquisito y nutritivo mundo, a veces hay que recordar los consejos más básicos para cocer correctamente la pasta.

Cómo cocer la pasta correctamente: la cantidad de agua necesaria

En primer lugar, y lo más importante de todo, es lo que rodea el tema del agua. Si eres de los que pone la cantidad de agua a ojo que sepas que cometes un error significativo. La abundancia del líquido es fundamental para que no se nos enganche la pasta por demasiado poca cantidad ni tampoco es bueno que haya en exceso. La proporción correcta para cocer la pasta es de un litro de agua por cada 100 gramos de pasta. Es relevante recordar el hecho de remover de vez en cuando durante la cocción para que la pasta se suelte.

Pasta, uno alimento versátil / Foto: Unsplash
La pasta, un alimento versátil / Foto: Unsplash

Continuamos con más consejos, poniendo el foco en la sal. Hay que añadir la sal cuando el agua empieza a hervir, ya que el agua salada hierve a una temperatura más alta. ¡Pero no te pases de sal! La proporción adecuada de sal gruesa es de entre 12 y 15 gramos por cada litro de agua. Tan o más importante que estos dos primeros trucos, es el hecho de escoger una olla lo bastante grande para que la pasta quede espaciada y no se enganche por falta de espacio. Asimismo, para algunos tipos de pasta seca, sobre todo las largas, y para la pasta fresca, es aconsejable —aunque no imprescindible— añadir una gotita de aceite de oliva virgen extra al agua.

Escurrir y el tiempo: cuando se tiene que tirar la pasta

¿Cuándo tirar la pasta? Este punto es clave. Vierte la pasta a la olla una vez el agua ya esté en ebullición y la sal se haya disuelto. Mantén el fuego lo bastante alto durante la cocción para evitar que el proceso se corte. Es fundamental respetar los tiempos de cocción que figuran en el envase de la pasta. A veces, no obstante, si excedes un poco de tiempo, no supone ningún inconveniente, porque una ventaja de la pasta es que no implica un tiempo estricto y excesivamente delimitado, sino que la oscilación de los minutos para que nos quede la mejor pasta de todas es un poco flexible.

Ada Parellada, anchoas pasta / Foto: Carlos Baglietto
Un plato de pasta sublime de Ada Parellada / Foto: Carlos Baglietto

Escurrir sí, pero sin pasar por agua la pasta. Seguro que tú también lo has hecho más de alguna ocasión. Tienes que saber que esta mala costumbre tan extendida restará sabor y sal a la pasta cocida. Una vez escurrida, la pasta se tiene que integrar inmediatamente con los ingredientes que la completan. Puedes saltarla unos minutos en la sartén para mezclarla con la guarnición, pero no te pases de tiempo. Finalmente, el queso. ¿Eres de los que no conciben la idea de comer pasta sin añadir un poco de queso? No te culpamos, ya que es una combinación realmente irresistible. ¿Un último consejo? Rállalo al momento para que no se seque y se funda mejor con la pasta y la salsa.