El colectivo VIDA es una agrupación de productores de vino del Penedès que va nació el año pasado con el objetivo de dar a conocer a los pequeños agricultores y elaboradores del territorio. Un colectivo joven que crece poco a poco y que ahora se presenta al público de la capital durante las jornadas de la Barcelona Wine Week.

Defender el territorio desde la raíz

Más de una veintena de bodegas del Penedès conforman el colectivo VIDA, una iniciativa que nació el verano del año pasado con un objetivo muy claro: defender a los pequeños productores de vino de la comarca y poner en valor la tarea de los agricultores del Penedès. En total son 25 bodegas, 6 de las cuales son nuevas y se han presentado esta semana en el marco de la BWW.

Hacer vino se ha convertido en una ciencia

La razón de ser del colectivo VIDA es dar a conocer un Penedès del cual no se habla. La otra cara de una moneda, la de las famosas y grandes empresas vinícolas del país, en la cual conviven decenas de pequeños elaboradores locales. Bodegas con conciencia ecológica que han decidido asociarse para ser más fuertes y para hacer llegar su filosofía más lejos. Tan lejos que algunos de los miembros de VIDA son del otro lado del Atlántico. Gente del Penedès, pero también gente de Navarra o de los Estados Unidos que han arraigado en el paraíso vinícola catalán para quedarse y cultivar un proyecto que solo ha hecho que empezar.

Reivindicar el oficio

El oficio del vino, desde la viña hasta la botella, es un trabajo cada vez más tecnificado. Hacer vino se ha convertido en una ciencia que ha permitido elaborar vinos, cultivar variedades de uva y optimizar los procesos productivos hasta límites nunca vistos. Pero la especialización y la mecanización del campo han hecho perder el alma de un oficio milenario que a veces necesita reencontrar los orígenes.

El vino ecológico es solo el primer paso para transformar un sector que pretenden cambiar de arriba abajo

Uno de los fundamentos de VIDA es elaborar vino de forma artesanal. En vez de explotar el territorio, las bodegas del colectivo son un elemento más del ecosistema y elaboran vino respetando el paisaje, los viticultores y los consumidores de sus vinos. Todas las bodegas elaboran vino ecológico, pero también señalan que hay que ir más allá. El vino ecológico es solo el primer paso para transformar un sector que pretenden cambiar de arriba abajo. No por capricho, sino por necesidad. Con sequías cada vez más intensas y frecuentes, repensar la manera como hacemos vino es la única manera de preservar la esencia y la dignidad del territorio.