La jornada del 28 de abril es difícil de olvidar. Un día complicado para todo el mundo. A las doce y media del mediodía todo el Estado español se quedaba a oscuras. El apagón general afectó a todo el mundo. Negocios golpeados, trayectos interrumpidos y anécdotas de todo tipo. Porque, claro está, estos fenómenos apocalípticos no entienden de clases y perjudican todo tipo de restaurantes. Desde el bar de debajo de la oficina hasta los establecimientos de estrellas Michelin. Uno de los casos más impactantes es el del restaurante Disfrutar, distinguido con tres estrellas Michelin y proclamado el mejor del mundo en el 2024, que tuvo que enfrentarse a una situación límite. Tal y como explica uno de los tres cocineros, Eduard Xatruch, en el Versió estiu de RAC1, el apagón general a todo el país los dejó completamente sin electricidad justo antes de un servicio con unas decenas de comensales. Entre ellos, clientes llegados desde Australia y los Estados Unidos.
La brutal anécdota del restaurante Disfrutar el día del apagón general
“Nosotros tenemos las reservas a un año vista y, claro está, que a las 40 personas que te vengan a comer y cenar no las podamos atender es un grave problema”, explica Eduard Xatruch en el programa conducido por Pere Mas. El cocinero relata que el impacto no fue solo operativo, sino emocional: “Hay comensales que nos vienen de Australia o de donde sea, vaya, o aunque vengan de aquí de Barcelona, es igual, es una conmoción mayúscula”.
A pesar de la oscuridad, Xatruch destaca la capacidad de reacción del equipo. “Oriol y todo el equipo hicieron todo lo posible, como hemos hecho otras veces”. La solución de emergencia: ir a comprar camping gas y sobrevivir para mantener el servicio, con un éxito rotundo: “Lo salimos adelante”. Aunque tenían en el restaurante, compraron más y recurrieron a su particular kit de supervivencia, con velas y otros recursos pensados para emergencias. “Hoy día, hay demasiadas cosas que dependen de la luz”, reflexiona el cocinero.
Al mediodía, consiguieron dar servicio “con garantías y confortabilidad”. Adaptaron el menú para poder cocinarlo con los medios disponibles y todo el mundo quedó satisfecho. “Todo el mundo quedó encantado y agradecieron mucho el esfuerzo que desde cocina y sala hicimos”. Pero el turno de cena fue otra historia. “Por la noche, por un tema simplemente de la humedad ambiental, el servicio no podía ser ni funcionar como tocaba”. Sin embargo, no dejaron a nadie colgado. Recibieron a los clientes en la terraza del restaurante con una copa de cava mientras esperaban, ya que en otros puntos de la ciudad la luz ya había vuelto. “Pero en el Disfrutar no hubo suerte y no volvió la luz”.
Hacer un 'simpa' en el mejor restaurante del mundo
El más insólito llegó con el momento de cobrar. “No funcionaban los datáfonos o los móviles estaban sin batería para pagar”. Tuvieron que apuntar los datos de los clientes para reclamar el pago al día siguiente por transferencia. Y no todos pagaron: “Hubo una mesa de dos que eran de fuera, unos norteamericanos, que… búscalos. No pagaron”. A pesar del incidente, Xatruch se queda con la respuesta de su equipo. Son situaciones extremas y es en estos momentos cuando se ve de qué estás hecho. “Estoy muy orgulloso de lo que conseguimos.” Un apagón puede paralizar un restaurante, pero no la actitud de uno de los equipos más preparados de la alta cocina mundial.