Cuando se habla de prevenir enfermedades crónicas a través de la alimentación, algunos ingredientes destacan por encima del resto. Uno de ellos es la quinoa, un cereal que, aunque no tan popular como el arroz o el trigo, ha ganado protagonismo entre nutricionistas y científicos por su composición única. Recientes investigaciones han puesto de relieve su capacidad para modular el sistema inmunológico y proteger al organismo frente a dolencias metabólicas cada vez más comunes, especialmente aquellas asociadas al consumo de dietas altas en grasas.

El cereal que recomiendan los expertos

Este cereal contiene proteínas de bajo peso molecular y extractos lipídicos especiales que actúan directamente sobre la función hepática y la respuesta inmunitaria innata. En otras palabras, más allá de su valor nutricional tradicional, la quinoa parece capaz de interactuar con procesos clave del metabolismo y regular el almacenamiento de grasas en el hígado. Lo más sorprendente es que estos efectos se producen de forma natural, gracias a componentes presentes en el propio grano que ayudan a mantener el equilibrio interno del organismo.

Quinoa / Foto: Unsplash
Quinoa / Foto: Unsplash

La quinoa no solo destaca por su perfil de aminoácidos esenciales o su alto contenido en fibra, sino también por incluir compuestos como los inhibidores de proteasa tipo serina, que participan activamente en la prevención de alteraciones hepáticas como el hígado graso de origen metabólico. Este tipo de afección, cada vez más frecuente, está ligada a la obesidad, la resistencia a la insulina y otras condiciones que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Una forma práctica de incorporar este cereal en la dieta es sustituyendo una parte de la harina de trigo por harina de quinoa, especialmente en productos como el pan. Con tan solo un 20 % de sustitución, ya se han observado mejoras en indicadores como la proporción del peso hepático respecto al total corporal, los niveles de triglicéridos y la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, los mayores beneficios se obtienen cuando se aíslan las fracciones más activas del cereal, lo que ha impulsado el desarrollo de alimentos funcionales más específicos y dirigidos.

Una opción versátil / Foto: Unsplash
Una opción versátil / Foto: Unsplash

Estas investigaciones refuerzan la idea de que una alimentación de precisión puede ser clave en la prevención de enfermedades crónicas, no solo desde el punto de vista calórico, sino también a nivel inmunológico y metabólico. Por ello, los expertos destacan la necesidad de formar a profesionales sanitarios en inmunonutrición, para que puedan guiar a la población hacia hábitos más saludables. Incluir quinoa en la alimentación diaria, en las cantidades adecuadas, puede ser una herramienta simple pero poderosa para mejorar la salud a largo plazo.