El vino de Oporto es una bebida única en el mundo. Un vino con una graduación alcohólica superior a la habitual, pero que tampoco está tan por encima como para llegar a ser un licor. Se elabora como un vino, pero se le hacen algunas 'trampas' para que se convierta en un elixir muy singular. Te explicamos todos los detalles de esta bebida tanto particular.

¿Qué es el vino de Oporto?

Vinos hay de todo tipo: blancos, negros, rosados, tranquilos, espumosos, secos, afrutados, dulces... De licores, por otra parte, también hay distintos: blancos, negros, más fuertes, más suaves, más viejos, más jóvenes... Pero el vino de Oporto es un tipo de bebida que no entra en ninguna de estas clasificaciones. Es un producto diferente, a medio camino entre un vino y un licor, que se suele tomar como digestivo, aunque también puede maridar varios platos.

El vino de Oporto es un tipo de bebida que no entra en ninguna de estas clasificaciones. Es un producto diferente, a medio camino entre un vino y un licor

Como su nombre indica, se trata de una bebida endémica de Oporto. Una ciudad al norte de Portugal que reúne las características climáticas ideales para elaborar este tipo de vino. De hecho, si nos ponemos puristas, el mejor vino de Oporto se elabora en la orilla izquierda del río Duero, en el municipio de Vilanova de Gaia, justo delante de Oporto. En cierto modo, el mejor vino de Oporto no es de Oporto, sino que es de Vilanova. En cualquier caso, se trata de una región vinícola única con mucha historia, en la cual se hace un vino especial, de varias variedades, y con un mismo sello de calidad. Un vino que se empieza elaborando igual que se haría un vino tranquilo, con la diferencia que se le añade alcohol de 77% (y no del 95 o 96% como en otras elaboraciones como el Jerez) a medio proceso de fermentación, hecho que da como resultado un vino potente y con una graduación en torno al 20% de alcohol.

Diferentes vinos de Oporto / Foto: O.F.D
Diferentes vinos de Oporto / Foto: O.F.D

¿Cómo se elabora el vino de Oporto?

El vino de Oporto es más dulce que el vino normal. Una dulzura proveniente de los mismos azúcares de la fermentación, nunca de azúcares añadidos de manera externa. Pero que el vino de Oporto sea dulce es fruto de la casualidad. Al principio del siglo XIX, el de Oporto era un vino seco. El año 1809, sin embargo, se produjo una uva con una altísima cantidad de azúcar, que hizo que el vino resultante de la fermentación de esta uva fuera mucho más dulce de lo que era habitual hasta entonces. La añada gustó tanto entre la población que a partir de entonces se empezó a controlar mucho más la fermentación para que la uva extrajera al máximo todos los azúcares que tuviera, y el vino resultante fuera lo más de dulce posible.

Que el vino de Oporto sea dulce es fruto de la casualidad

Los más conocidos son los Oporto negros, aunque también se elaboran blancos. Pero los más singulares, sin duda, son los rosados, una variedad moderna y el única que no se guarda barriacas de madera. El rosado se guarda en tanques metálicos.
Otra característa curiosa del vino de Oporto es que si probamos uno del año 2005, con 18 años de maduración, estaremos probando un vino de Oporto joven. A pesar de haberse guardado durante casi dos décadas, todavía se considerará como un vino joven. Para probar un vino viejo nos tendríamos que ir a maduraciones de 60 o 80 años, en adelante. Una singularidad más de las muchas que convierten este vino en un elixir mágico digno de probar.