Tal día como hoy del año 1493, hace 532 años, una flota formada por un mínimo de diecisiete naves procedentes de varios puertos de los dominios peninsulares de la monarquía hispánica, capitaneada por Cristóbal Colón y que se había reunido en el puerto de Cádiz, zarpaba en dirección a la isla de la Hispaniola, para reencontrarse con la avanzadilla del primer viaje (1492) —una guarnición de 39 hombres— que había permanecido en el asentamiento de Fuerte Natividad. Dicha flota estaría liderada por la nave Marigalant, adaptada para un viaje de aquellas características en los astilleros de la capital catalana con la financiación privada de diez personalidades de las clases mercantiles de Barcelona y Lleida.

Según algunos investigadores catalanes, la adaptación de la Marigalant habría tenido un coste de 166.000 sueldos (el equivalente actual a unos seis millones de euros). A bordo de la Marigalant viajaría Cristóbal Colón y un grupo importante de catalanes que tendrían un papel muy relevante en la creación de las primeras infraestructuras coloniales en el Nuevo Mundo: el valenciano Antoni de Torres (que sería el primer tesorero en la colonia), el ampurdanés Pere Margarit (primer responsable de orden público de aquel colectivo), el leridano Bernat Boïl (primer obispo católico en el Nuevo Mundo), y el tarraconense Miquel de Ballester (primer fabricante colonial y el primer alcalde europeo en el Nuevo Continente).

La Marigalant sería la nave capitana del segundo viaje colombino, que, a diferencia del primero (de carácter exploratorio), tenía un propósito claramente colonizador. La flota liderada por la Marigalant transportaba a 1.500 personas —hombres y mujeres de todas las edades— embarcadas, y un número importante de animales domésticos (caballos, asnos, perros) para crear los primeros asentamientos coloniales en el Nuevo Mundo. La Marigalant había zarpado del puerto de Barcelona el 20 de mayo de 1493 y, tras la escala de Cádiz, tocó tierra en la Hispaniola el 22 de noviembre de 1493. Cuando llegaron, el asentamiento de Fuerte Natividad estaba destruido y abandonado y no encontraron a ningún miembro de la avanzadilla del primer viaje que había permanecido en la isla.