Ir al bosque durante las fiestas de Navidad para buscar elementos naturales con los que decorar el belén o el hogar es una tradición muy arraigada. El problema aparece cuando esta práctica, aparentemente inofensiva, afecta a especies protegidas o ecosistemas frágiles. No todo lo que encontramos en el bosque se puede coger, y hacerlo sin conocimiento puede acarrear sanciones importantes. A continuación, repasamos qué plantas navideñas se pueden recoger, cuáles están prohibidas y cuáles, a pesar de ser legales, es mejor dejar donde están.

Muérdago: tradición y riesgo ecológico

El muérdago es otra planta habitual en decoraciones de Navidad, especialmente por sus frutos blancos. Se mantiene verde todo el año y, históricamente, ha estado rodeado de creencias y simbolismo. Aun así, es una planta parásita que vive sobre árboles caducifolios.

No está protegida de manera general, pero su extracción también se desaconseja. Sus bayas son una fuente de alimento importante para muchas aves durante el invierno, cuando la comida escasea. Además, es una planta tóxica para las personas y los animales domésticos, lo que limita su uso seguro fuera de su hábitat natural.

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Muérdago

Acebo: completamente prohibido

El acebo es una de las plantas más icónicas de Navidad. Sus hojas verdes y puntiagudas y los frutos rojos intensos han hecho que sea muy utilizada como decoración. Precisamente esta popularidad ha provocado que, con los años, sus poblaciones hayan disminuido de manera notable.

Por este motivo, el acebo está protegido y está totalmente prohibido cogerlo del bosque, aunque sea una sola rama. Su extracción puede comportar sanciones graves, ya que se trata de una especie vulnerable que necesita años para recuperarse.

Grèvol
Grèvol

Rusco: legal, però desaconsejado

El Rusco se parece mucho al acebo y a menudo se ha convertido en su sustituto. Tiene hojas más pequeñas y menos puntiagudas, pero unos frutos rojos igualmente llamativos. No está protegido de manera general, pero su recolección no es recomendable

El aumento de personas que la cogen cada Navidad ha hecho que en algunas zonas la planta sea cada vez más escasa. Además, en determinados espacios naturales protegidos, su extracción ya está prohibida. Aunque no comporta sanción en todos los casos, sacar rusco del bosque contribuye a empobrecer el ecosistema.

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Rusco

Musgo: muchas limitaciones

El musgo es uno de los elementos más utilizados para el belén, pero también uno de los más regulados. Aunque solo una decena de especies están protegidas, su recolección está sujeta a condiciones muy estrictas.

Solo se puede extraer una superficie muy reducida, sin superar una profundidad mínima, y siempre dejando más de la que se retira. Además, está prohibido cogerla cerca de ríos o arroyos, ya que protege el suelo en caso de crecidas, y tampoco se puede recoger en zonas que hayan sufrido incendios en los últimos años. Hay que tener presente que el musgo es clave para retener la humedad, fijar el suelo y facilitar la germinación de otras plantas.

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Musgo

Abeto: nunca del bosque

El abeto es otro símbolo indiscutible de Navidad, pero no se puede cortar ni extraer del bosque bajo ninguna circunstancia. Coger un abeto, por pequeño que sea, está prohibido y puede acarrear sanciones elevadas.

Si se quiere tener un árbol de Navidad en casa, la única opción responsable es adquirirlo en viveros autorizados, donde los abetos se cultivan específicamente con esta finalidad y con controles que garantizan el respeto por el medio ambiente.

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Abeto

Otros factores a tener en cuenta

Más allá de las especies concretas, hay que recordar que una gran parte de los bosques son de propiedad privada, y se necesita el permiso del propietario para recoger cualquier elemento. Además, en los espacios naturales protegidos no se puede extraer ninguna planta, aunque no esté catalogada como protegida.