Tal día como hoy del año 1702, hace 317 años, la Generalitat cursaba una misiva oficial al rey Felipe V -el primer Borbón hispánico- exigiéndole el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el transcurso de las Cortes clausuradas el 12 de febrero anterior. En aquellas Cortes, Felipe V se había comprometido a retirar a las tropas del ejército hispánico que excedían la capacidad de los acuartelamientos; y que, hasta entonces, estaban alojadas en las casas particulares de la población. Aquellas tropas estaban estacionadas en Catalunya desde 1697, en tiempo de la última guerra entre los Habsburgo hispánicos y los Borbones franceses.
El día anterior, 5 de abril, el Dietario de la Generalitat consignaba misivas enviadas por las autoridades municipales de Barcelona y de Girona, explicando que las tropas hispánicas alojadas en las casas particulares no tan sólo no habían sido retiradas, sino que se habían producido algunos robos y abusos sobre la población civil. También se mencionaba que los oficiales del ejército hispánico habían detenido y aprisionado algunas personas que habían protestado esta situación; y que, contra lo que contemplaban las Ordenanzas de Catalunya, se negaban a entregarlas a las autoridades judiciales del país.
A pesar de que el motivo que podía justificar la existencia de aquel excedente militar en Catalunya (la guerra hacía cuatro años que había acabado, y los Borbones habían alcanzado el trono hispánico), aquel conflicto, que no se llegaría a resolver nunca del todo, sería uno de los primeros choques entre la Generalitat y el nuevo rey borbónico. Tan sólo un mes y pico después de la clausura de las Cortes, es decir, de la firma de los acuerdos Generalitat-corona hispánica. Y sería una de las causas que más cuantitativamente y más rápidamente alimentaría la desconfianza y la desafección de las clases dirigentes catalanas con la nueva dinastía borbónica.