Se están jugando en estas horas los últimos movimientos para que el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea dé luz verde a la oficialidad total del catalán en las instituciones comunitarias y su implantación progresiva y realista. El viernes, el tema quedó prácticamente cerrado y el gobierno español trasmitió a Junts per Catalunya que las gestiones que había realizado con las cancillerías estaban bien orientadas y que tenían un optimismo razonable. Es la segunda vez desde que se planteó la oficialidad del catalán en la UE como una de las condiciones para la investidura de Pedro Sánchez que el ministro José Manuel Albares llega a la recta final de las conversaciones sin posponer el debate final entre los ministros de Exteriores, cosa que aún puede hacer este mismo lunes. La vez anterior, en septiembre de 2023, se pospuso la votación.
Las últimas cuatro presidencias de turno de la UE han estado en manos de España (julio-diciembre de 2023), Bélgica y Hungría en 2024 y Polonia en este primer semestre de 2025. En todas ellas, España ha hecho amagos de querer sacar el compromiso acordado en la investidura adelante, pero después de un acelerón importante que coincidió con la investidura del presidente del gobierno y algunas gestiones relevantes con Bélgica, la carpeta quedó colocada bastante más abajo con Hungría y ha vuelto a recuperar posiciones con la presidencia de Polonia que se está jugando estos días la presidencia del país, con la segunda vuelta el próximo domingo 1 de junio y ventaja por la mínima del europeísta Rafał Trzaskowski en la primera vuelta.
En la partida también entra la posición radicalmente contraria del PP de Alberto Núñez Feijóo, que no quiere que salga adelante
Pese al hermetismo existente, los escollos podrían ser Italia y Alemania y siempre con la mirada en el retrovisor de lo que pueda acabar haciendo Francia, en un tema nada menor para ellos como el catalán. En la partida también entra la posición radicalmente contraria del PP de Alberto Núñez Feijóo, que no quiere que salga adelante y que ha movido sus tentáculos a través de la eurodiputada Dolors Montserrat y su nuevo cargo, la secretaría general del PP Europeo, que preside el bávaro Manfred Weber. El cambio de canciller en Alemania tras las elecciones del pasado mes de febrero y la llegada al poder del candidato democristiano Friedrich Merz en lugar del socialdemócrata Olaf Scholz parece no haber modificado la posición favorable de Alemania que, de confirmarse, podría ser la pieza que impidiera que las opciones del catalán se desmoronaran.
Porque si Alemania aguanta, Italia no planteará la batalla en solitario y tendrá que ser Francia quien alce su voz contraria, cosa que aún no ha hecho. Y con Macron tiene más capacidad de negociación Pedro Sánchez que Alberto Núñez Feijóo. Veremos, en consecuencia, si las expectativas del PSOE son esta vez verdad o una cortina de humo para mantener el apoyo de Junts en un momento en que los independentistas son más necesarios por la creciente debilidad del gobierno español.
Una última reflexión: la actitud de no a todo del PP, como si nunca fuera a llegar a gobernar en España o tuviera muy asumido que solo puede hacerlo con los votos de Vox, es abandonar el centro y posicionarse como una formación permanentemente anclada en el pasado. En política, no todo consiste en lanzar mensajes en los congresos, ni en declararse preparado para gobernar. Si no, Feijóo solo tiene que mirar a lo que le sucedió en julio de 2023. Parece que lo haya olvidado.