El Clásico no se disputó el pasado 26 de octubre por el miedo que tenía Javier Tebas, entonces presidente de la Liga, a la respuesta de la sociedad catalana a la sentencia del procés. La idea, que salió de Tebas y de nadie más, provocó un estruendo incluso a nivel estatal. Pero ahora reacciona Tsunami Democràtic.

La apuesta del dirigente ultraderechista, exmiembro de Fuerza Nueva, era cambiar la sede del partido y llevarlo a la capital española. Pero la bola se fue haciendo grande y la cuestión pasó por las manos del Gobierno, de Interior, y finalmente del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol, que acabó aplazando el partido por "causas excepcionales". Y así se evitó llevar al escaparate mundial la multitudinaria manifestación que tuvo lugar el 26-O.

Una de las opciones que se tenían sobre la mesa, la que proponía Tebas, era invertir el orden de los Clásicos, jugando la ida en Madrid, y así evitar que el Barça-Madrid se convirtiera en objeto de reivindicaciones independentistas, un hecho que el club blaugrana no estaba dispuesto a aceptar. El Comité no aceptó el cambio de estadio de Tebas pero sí decidió que se disputara en otra fecha.

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EFE

Pero a pesar del cambio, la jugada no ha salido nada bien al ultraderechista Tebas, votante confeso de Vox, y ahora mismo expresidente de la Liga porque dimitió de su cargo para optar a la reelección. De querer evitar que la respuesta a la sentencia del procés afectara al Clásico y se viera por todas partes, se ha pasado a una concentración específica y con casi 20.000 inscritos de Tsunami Democràtic.

Javier Tebas, que ve cómo Tsunami gana su particular partido en la previa del enfrentamiento, ya sabe qué tiene previsto el movimiento para aquel día. Concentración acordada para las 16 h en cuatro puntos en torno al Camp Nou y esperando nuevas instrucciones.

El objetivo es frenar el Clásico con una manifestación para dar respuesta a la sentencia y así aprovechar el partido más internacional del año para mostrar al mundo la situación que vive Catalunya. El aplazamiento ha hecho un favor a Tsunami.