Santiago Solari, el actual entrenador del Real Madrid, ya le ve las orejas al lobo, o mejor dicho a Florentino Pérez. El cambio de ciclo es un hecho después de caer eliminados de la Champions League, de la Copa y de dejar la Liga prácticamente imposible. Y este hecho ha provocado los rumores. José Mourinho ya saca la cabeza.
Ochenta y un minutos de retraso
Con el agua al cuello, todos esperan una destitución anunciada, Solari ha llegado una hora y veinte minutos más tarde de lo esperado en la sala de prensa. El motivo: "Estábamos trabajando, disculpen". ¿Y este trabajo quiere decir el finiquito? El míster argentino no ha dicho nada al respecto y en todo momento se ha presentado con una sonrisa de oreja a oreja e intentando evitar cualquier mala cara.
Pero más allá de las buenas caras, Solari ha evidenciado nuevamente que su futuro peligra: "Todos estamos de paso, que es lo que dije el primer día que llegué". Y en ningún momento ha querido entrar al juego de su más que probable destitución. "Vosotros hacéis vuestras valoraciones", dice a los periodistas, y "yo sigo haciendo mi trabajo".
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Solari, lejos de querer taparse los ojos para no ver la realidad, ha confirmado que ahora el Madrid "tiene que iniciar el procés de autocrítica normal". "Tenemos que hacerlo lo mejor posible y sabemos que no es el momento más bonito, pero tenemos una obligación profesional y doce partidos por delante", añade. A todo esto, y todavía con un motivo para seguir luchando en este final de temporada, el entrenador blanco afirma que "matemáticamente todavía hay opciones de conseguir la Liga".
No estar a la altura
Preguntado y repreguntado por la situación del equipo y del rendimiento ofrecido por la plantilla, más que por el Valladolid, el rival del Madrid este domingo en la Liga, los periodistas se han referido a Isco y a su indisciplina: "Las cuestiones disciplinarias las manejamos de manera interna". Pero también le ha dejado un recado al malagueño: "Para jugar tienes que coger la forma física y después la forma futbolística".
Y también ha dejado un claro mensaje dirigido a la plantilla: "Pienso que la mayoría de jugadores han eatado a la altura del escudo, a quien no se lo he dicho personalmente". Sin querer confirmar ni desmentir ninguna charla con el capitanes ni ninguna bronca interna con Sergio Ramos y compañía, Solari explica que ahora "se tiene que trabajar con profesionalismo" y que "en las adversidades sale el carácter".
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Y reafirmándose con la frase que "todos estamos de paso", ha vuelto al discurso del partido a partido. La mirada de Solari y de la plantilla está puesta en Valladolid. Y más allá de todo, también ha dicho una frase para la reflexión y quien sabe si pensando en que sea uno de sus últimos adiós al madridismo: "Es un honor servir a este club".