Girona y Málaga han empatado a cero en un partido que no pasará a la historia por entretenido. Los rojiblancos no han podido llevarse los tres puntos del campo del colista, a quien el punto conseguido no le sirve, ni matemática ni emocionalmente, para salir de la crisis en qué se encuentra inmerso.

Ni ocasiones ni fútbol vistoso

El resultadismo nunca ha confundido a Pablo Machín. El objetivo de su equipo tiene que ser el de salvar la categoría; y una vez conseguido el hito, los éxitos que lo sucedan serán bienvenidos. El soriano ya avisó en la previa del partido contra el Málaga de que la de la salvación era la Liga en que juega el Girona aunque los números lo sitúe más cerca de Europa que de Segunda.

Después de hundir al Las Palmas hace dos jornadas, los catalanes visitaban hoy un conjunto en horas bajas que ha sustituido a los canarios del fondo de la tabla de la Liga. Los de José González, al margen de encadenar unos resultados muy negativos, están mostrando una propuesta de juego muy pobre y nada digna de la élite. Justamente al contrario del Girona, que tiene una idea muy definida a partir de la cual están cimentando un gran aterrizaje en la máxima división española. Las cosas no pasan por casualidad, sino que son como son por causalidad.

Sea como sea, sobre el césped de la Rosaleda las fuerzas se han igualado y ninguno de los dos contendientes ha conseguido imponer su autoridad. La necesidad de unos ha pesado más que la ilusión de los otros. Sobre todo en los primeros 45 minutos, el ritmo del partido ha sido muy bajo y las ocasiones han brillado por su ausencia. El respeto ha ganado la partida al fútbol vistoso y los aficionados locales han manifestado su malestar con alguna sonora pitada. Y también se han desahogado con el 'Que viva España' que esta temporada está acompañando al conjunto gerundense en alguno de sus viajes.

Un nuevo Girona

Tampoco se puede decir que el Málaga ha sido superior, pero sí que se cierto que ha tenido más oportunidades que su contrincante. Los andaluces han ido a buscar con más ganas los tres puntos, pero se han encontrado con su habitual falta de acierto y con Bono, que ha realizado una gran parada al remate de Keko para marcharse al descanso con un empate a nada.

Pablo Machín no estaba satisfecho con lo que estaba viendo sobre el césped y sus jugadores han salido en la reanudación con una mentalidad diferente y una puesta en escena con mucha más voluntad ofensiva. No hay nada como recuperar lo que te hace tener éxito, aunque hoy tampoco se ha traducido en una superioridad abrumadora. Como mínimo, sin embargo, el Málaga se ha alejado de la área visitante.

No obstante, los gerundenses se han acercado a Roberto pero no lo han conseguido batir. La expulsión tan innecesaria como clara del 'Chory' Castro por doble amonestación no ha tenido ningún efecto y los catalanes no la han aprovechado para trasladar al marcador su dominio. El Girona no ha pasado por alto que un empate a domicilio ante un rival directo para la salvación tampoco era un mal resultado.

El empate a nada en la Rosaleda ha puesto fin a una racha de catorce jornadas consecutivas viendo portería por parte de los de Machín. Por otra parte, el punto conseguido no sirve a los locales para abandonar la última posición de la Liga Santander. Mientras unos siguen viviendo un sueño dulce en Primera, mucho tienen que cambiar las cosas en Málaga para que el equipo del jeque Al Thani mantenga la categoría.