Victoria incontestable del Real Madrid. Los blancos, que ya golearon al Girona, pasan por encima de un Leganés que sólo ha podido levantar la voz de penalti (4-1). El doblete de un inspirado Karim Benzema, junto con una convincente actuación colectiva, ayuda a asustar al fantasma de Cristiano Ronaldo, que todavía sobrevuela el Santiago Bernabéu.
Lopetegui, a las órdenes de Florentino
El partido del Madrid, que se marcha al primer parón internacional de la temporada con un expediente casi inmaculado, ha servido para constatar que Julen Lopetegui no quiere empezar una guerra con Florentino Pérez. El entrenador vasco ha dejado a Keylor Navas en el banquillo para darle la alternativa a Thibaut Courtois, el "mejor portero del mundo", según Florentino.
El debut de Courtois ha sido plácido porque el Leganés no ha sabido aprovechar su oportunidad. El Madrid, con posesiones fluidas desde el inicio, ha encontrado el gol gracias a una asistencia de Dani Carvajal, mucho más activo que Marcelo. Carvajal, con la cabeza, ha servido en bandeja el 1-0 a Gareth Bale. El panorama se teñía de negro para el equipo de Mauricio Pellegrino, incapaz de cruzar el medio del campo. El fútbol, sin embargo, es caprichoso.
En la primera aproximación del Leganés al área de Courtois, Casemiro ha hecho un penalti infantil sobre Javier Eraso. Guido Carrillo no ha desperdiciado el regalo desde los once metros. Imposible extraer un mayor rendimiento con tan poca producción ofensiva. El empate ha cambiado la cara de un Madrid que ha empezado a dudar. Las jugadas ya no se acababan y la defensa no paraba de correr para tapar los agujeros que se generaban a su espalda.
El Leganés ha desperdiciado un par de contragolpes y lo ha pagado caro. Benzema ha entrado en combustión con dos goles prácticamente consecutivos. El primero, con intervención directa del VAR. El 3-1 ha matado el partido. Lopetegui ha aprovechado el resultado para hacer cambios y repartir minutos. Además, ha visto desde el banquillo cómo Marco Asensio provocaba el tercer penalti en una semana. Sergio Ramos se ha sumado a la fiesta con un disparo enganchado al palo.
La victoria final sirve para que el Madrid crezca en sensaciones y se reconcilie con una parte del Santiago Bernabéu que le dio la espalda en el primer partido de Liga contra el Getafe.