La portería del Barça se ha convertido en un foco de tensión interna que empieza a preocupar seriamente en el club. Joan García, que ya se siente con capacidad plena para competir y jugar, ha sido el primero en dar un paso al frente y trasladarle a Hansi Flick un mensaje muy claro porque no quiere compartir vestuario con Ter Stegen a partir del próximo mes de enero.

La convivencia entre ambos porteros es cada vez más complicada. En el entorno del vestuario se percibe un clima enrarecido, especialmente desde que Ter Stegen ha dejado de ser el titular. Joan considera que la actitud del alemán, históricamente poco amigable cuando no es titular está afectando negativamente al día a día del grupo.

Un vestuario incómodo y una petición directa a Flick

Joan García entiende que la competencia es parte del fútbol, pero no quiere un ambiente que no suma ni en lo deportivo ni en lo humano. Considera que Ter Stegen no está aportando liderazgo desde una posición secundaria y que su presencia genera más tensión que apoyo, justo en un momento en el que el equipo necesita estabilidad.

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Por ese motivo, el guardameta ha sido directo con Flick, si el alemán no cambia su actitud y adopta un perfil más conciliador, lo mejor es que salga del club en el mercado de invierno. Joan cree que seguir compartiendo vestuario con este Ter Stegen no le ayuda a crecer ni a rendir, y teme que la situación vaya a peor con el paso de las semanas. En el cuerpo técnico son conscientes del problema. Flick valora la profesionalidad de ambos, pero también sabe que una portería dividida puede convertirse en un problema si no se gestiona a tiempo.

El Girona aparece como salida

En este contexto, el Girona aparece como una posible vía de escape para Ter Stegen. El City Group vería con buenos ojos una operación que reforzara al conjunto catalán, pero por ahora no hay avances concretos. El salario del portero y su contrato siguen siendo los principales obstáculos para desbloquear la situación.

Mientras tanto, Joan García no quiere coincidir más tiempo con un Ter Stegen distante y poco integrador. Su postura es firme, aunque deja una puerta abierta y si el alemán cambia de actitud y se muestra más colaborativo, la situación podría reconducirse. El Barça, una vez más, se encuentra ante un dilema delicado. Mantener a Ter Stegen puede tensar aún más el vestuario; dejarlo salir supondría una decisión de peso.