El Real Madrid revalida el título del Mundial de Clubes de la FIFA gracias a un solitario gol de falta de Cristiano Ronaldo (1-0). Los blancos no han sufrido en ningún momento de la final ante un Gremio que ha acabado el partido sin disparar entre los tres palos.
Una final es una final
Zinedine Zidane no se guardaba nada en el banquillo. El entrenador salía con el mismo once que ganó la Champions en Cardiff contra la Juventus de Turín. El Madrid estaba a noventa minutos de otro título. El quinto en este 2017. Y se notaba.
El Gremio era plenamente consciente de que no podía discutirle el partido al Madrid mirándole a los ojos. Pero sí a base de faltas. La primera jugada ha sido una declaración de intenciones. Geromel ha dejado los tacos marcados en el gemelo de Ronaldo en una entrada que merecía la roja directa. El árbitro, sin embargo, no ha enseñado ni tarjeta. Y tampoco ha tenido ninguna duda a la hora de consultar el VAR, un invento de la FIFA que queda nuevamente retratado.
Los brasileños jugaban al límite del reglamento, pero el fútbol del Madrid los ha desbordado. Karim Benzema ha empezado a entrar en juego gracias a Luka Modric e Isco Alarcón. El Gremio intentaba sacar el agua de una barca que se hundía. El gol parecía cuestión de tiempo pero a los blancos les ha fallado la puntería. Y el partido se ha igualado a través del balón parado.
Edilson ha hecho volar a Keylor con una falta desde 30 metros y la ocasión le ha permitido al Gremio crecer y rebelarse. El empate a la media parte no hacía justicia con un Madrid que había tocado todas las teclas para deshacer el 0-0.
La falta de Cristiano
Cristiano Ronaldo hacía casi un año que no marcaba de falta. Y hoy ha vuelto a poner el contador a cero. La barrera del Gremio ha servido en bandeja el gol al delantero portugués, que ha celebrado el 1-0 dándose golpes en el pecho. "Aquí estoy yo", parecía decir Ronaldo mientras corría hacia el banquillo para abrazarse con sus compañeros.
El vigente ganador del Balón de Oro desencallaba la final y desnivelaba la balanza. El mismo Cristiano ha sentenciado el partido en la siguiente jugada de ataque pero el árbitro ha visto un fuera de juego inexistente de Benzema.
El Gremio no tenía ningún argumento para hacer temblar al Madrid. Su delantero perseguían sombras y siempre llegaban tarde a la presión sobre Raphael Varane y Sergio Ramos, impecables. Modric ha tocado el palo de Grohel y Zidane ha querido calmar la final con los cambios. Gareth Bale ha vuelto a tener minutos y ha estado a punto de hacer el 2-0 con un disparo imposible.
El Madrid ha acabado jugando con el título en la cabeza. Los futbolistas sabían que el premio ya no se les escapaba porque la inocencia del Gremio se lo demostraba en cada posesión. Sexta estrella y tercer Mundial de Clubes en cuatro años. Los blancos consolidan su hegemonía internacional y conservan el parche de campeones del mundo en Abu Dhabi. ¿Habrá pasillo del Barça el próximo 23 de diciembre en el Santiago Bernabéu?